Paloma Cuevas: así ha quedado su patrimonio tras el giro de 180 grados que dio su vida

Parecía imposible pensar en el verano de 2020, en que Paloma Cuevas (51 años) se convirtió en la ‘victima’ de una historia a tres cuyo protagonista era su hasta entonces marido, Enrique Ponce, y la tercera en discordia, la jovencísima Ana Soria, que tres años después se estaría especulando con una posible boda de la modelo y nada menos que con el llamado ‘Sol de México’, Luis Miguel. Pero así es, atrás quedó el sufrimiento y cuando todos creían que el torero haría una incursión en el mundo de la música de la mano de su amigo el cantante, Paloma fue quién acercó posturas con el que hasta entonces había sido una amistad de ambos, y está pasó a ser algo más, mucho más, tanto que los rumores de que la boda estaría en marcha no cesan, ni en México ni en España.

Y en caso de producirse sería sin duda una unión muy fructífera, pues Paloma Lago no ha necesitado nunca a Enrique Ponce para tener una buena posición económica, pues desde que nació la tuvo, y durante su matrimonio, incluso antes de este, fue haciendo crecer su ya de por sí posición privilegiada. Después de repartir las tres propiedades principales con las que contaba el matrimonio, Paloma se quedó solo con una, algo que en principio sorprendió mucho, puesto que no fue el amplio piso ubicado cerca del parque del Oeste de Madrid que siempre había hecho las veces de vivienda familiar, si no un chalet en La Finca que hacía años les había regalado su padre, Victoriano Valencia, y donde hasta la separación jamás habían vivido.

Se trata de una propiedad de 650 metros cuadrados, ubicada en la zona de Los Lagos, una de las más exclusivas dentro de la ya de por sí exclusiva urbanización, y ese es precisamente uno de sus mayores atractivos en el caso concreto de sus propietarios pues buscan privacidad y seguridad. El terreno sobre el que está construida es de 6.500 metros cuadrados, es una de las parcelas más grandes de la zona. Tiene piscina privada y jardín con cenador, además de todo tipo de comodidades y lujos. En su momento se decoró al gusto del entonces matrimonio y ahora que todo ha cambiado en la vida de Paloma, también la parte estética de su hogar lo ha hecho.

Casi a la par que la ruptura de su matrimonio se sucedió otra ruptura para Paloma, esta vez de motu proprio y en mejores términos. Fue el momento en que dijo adiós a su hasta entonces socia Susana Gil, una amiga con la que comenzó la aventura de Piccolo Mondo, una tienda de mobiliario infantil que gestionaban desde la sociedad Babycari SL, que en 2019 facturó más de medio millón de euros. Y durante años también formó parte, aunque casi siempre como apoderada, de la empresa inmobiliaria de Ponce y de la de comercialización de aceites, Onubecam SL, y CPM Building SL.

Paloma Cuevas de boda en París

Pero lejos de todo ello, que ya forma parte del pasado, Paloma desde ha ido haciendo su camino profesional más allá de las pasarelas y los eventos promocionales, algo que ha hecho en varias ocasiones. Y es que uno de los mayores logros de su carrera es el contrato que firmó con la prestigiosa firma de Rosa Clará a finales de 2021 para diseñar su primera colección de vestidos de fiesta que llegó a las tiendas un año más tarde. Un trabajo del que tal como ella misma explicó disfrutó muchísimo y por el que, aunque se desconoce la cifra de facturación, teniendo en cuenta que se llevó a cabo en el momento en que era una de las mujeres más ‘buscadas’ del momento, seguro que llevaba un buen número de ceros asociado.

Y ahora, que su vida ha dado un giro de 180 grados, que su pareja es uno de los artistas más conocidos internacionalmente y que su boda, en caso de vender la exclusiva, algo que no es del todo descabellado puesto que no sería la primera vez que opta por mostrar al mundo, previo pago, algún aspecto concreto de su vida, y en este momento, y teniendo en cuenta con quién la comparte, eso supondría una buena inyección en su cuenta corriente. Que por otra parte tampoco necesita, porque atendiendo a los datos expuestos resulta fácil concluir que ella no necesita a nadie al lado para vivir holgadamente.