El secreto mejor guardado de una boda es el vestido de la novia. Sin embargo, Marta López Álamo (26 años), que no entiende de supersticiones, decidía lucirlo días antes en una exclusiva en la revista Lecturas. Un diseño clásico de inspiración romántica con cuerpo ajustado y falda en forma de A que fue el mismo que llevó a su entrada en la Basílica de San Miguel (Madrid). Sin embargo, si para la iglesia nos deleitó con un romántico diseño de manga larga y escote en la espalda de Yolancris, para el banquete Marta tenía reservado un vestido más atrevido.
Sabemos que la modelo sorprendió a todos los invitados con un segundo diseño de lo más espectacular. Un imponente modelo de corte sirenafirmado por el modisto Rubén Hernández que se adaptaba a la perfección a su silueta. El vestido, confeccionado en crepè de seda, presentaba un favorecedor escote corazón con el cuerpo cargado de bordados y pedrería, una auténtica joya que refleja a la perfección el estilo sofisticado y sensual de Marta. Un increíble segundo look que todavía fue más espectacular que el primero ¡y que podremos ver muy pronto!
Marta López Álamo se suelta la melena
Sabemos que Marta López Álamo también cambió de peinado para la celebración. Si para la ceremonia, Marta recogió su cabello en un moño bajo con raya en medio desde donde salía el imponente velo, en el banquete la modelo decidía soltarse la melena. Kiko y Marta disfrutaron de la cena con todos sus invitados y bailaron hasta altas horas de la madrugada. Allí pudimos ver pequeños detalles, como a Diego Matamoros brindando con su hermana Laura en la mesa donde estaban sentados. Instantes de pura felicidad que guardarán para siempre en la memoria.
Kiko Matamoros también lució un traje diferente
Si Marta López Álamo se ha cambiado hasta en tres ocasiones, Kiko Matamoros no se iba a quedar atrás. El colaborador de televisión le daba el 'sí, quiero' a la mujer de su vida con esmoquin azul marino y raya diplomática que combinó con una llamativa corbata con estampado geométrico en tonos rojos y azules. Para el banquete, sabemos que Kiko arriesgó algo más y se colocó un traje formado por pantalón, chaleco y blazer con un original estampado animal print en tonos grises. Además, se deshizo de la corbata para dar paso a una pajarita de color negro.
Los novios quisieron cuidar al máximo todos los detalles. La pareja estuvo no solo muy pendiente de todos sus invitados, sino también de su comodidad y de que disfrutasen al máximo. Una celebración relajada donde dieron rienda suelta a su amor y a estos más de cuatro años en los que han cimentado su relación. Kiko y Marta están más felices que nunca. Y así lo han dejado claro en cada uno de los instantes de su boda. Ahora toca recuperarse y rememorar todo lo que pasó en uno de los grandes días de su vida.