Se ha convertido en uno de los casos más misteriosos y mediáticos de la crónica negra de lo que llevamos de siglo. No solo porque hay una familia entera luchando porque se esclarezcan los hechos de esta muerte atroz, sino también por el personaje televisivo con el que está asociado. Sin embargo, en esta ocasión, las investigaciones parecen más consistente para que Mario Biondo pueda descansar en paz.
Este lunes 5 de noviembre en el cementerio de Santa Orsola, donde descansa el cuerpo del marido de Raquel Sánchez Silva, se procedía, temprano por la mañana, a su exhumación. La segunda desde que le hallaron muerto el 30 de mayo de 2013. Los expertos han llevado entonces sus restos al Instituto Anatómico del Policlínico de Palermo para llevar a cabo la tercera autopsia requerida por la Fiscalía de Palermo.
Allí, a pie de tumba han estado sus padres, Santina D'Alessandro y Pippo Biondo, y sus hermanos, quienes han impulsado desde que le perdieron una lucha sin tregua porque se aclare el motivo de su muerte. Un día especialmente duro para todos ellos, en el que se han desenterrado también viejos fantasmas, pesadillas y las dudas de que la necropsia no sea concluyente y abra nuevas incógnitas. Ellos, lo único que buscan que se ratifique es que se trató de un homicidio, para que "los asesinos de mi hijo, paguen por lo que han hecho".
Desde allí, Santina ha roto su silencio sobre el significativo y doloroso momento que estaban obligados a repetir. Lo único que la tranquiliza es saber que en esta ocasión, las pruebas sobre el cuerpo de su hijo se han centrado "para confirmar el asesinato", tal como ha revelado a Jaleos. A lo largo de todo el día, los peritos elegidos por la fiscalía y los de fondo privado contratados por la familia Biondo han sometido a un exhaustivo examen al cadáver del cámara italiano. Y ya avanzada la tarde, se le ha realizado un TAC, además de rayos X.
Un largo camino es el que han tenido que recorrer para que esta autopsia centrada en el homicidio se realizara. Los Biondo son una familia humilde y han tenido que poner en marcha una campaña para recaudar fondos y poder pagar los 8.000 euros a los expertos que están trabajando por sus intereses.
Mario Biondo y Raquel Sánchez Silva se casaban en Sicilia en junio de 2012, pero no llegaban a celebrar su primer aniversario de boda. El cuerpo de su marido era hallado sin vida, ahorcado, en el piso que compartía con la presentadora en su domicilio del centro de Madrid. Si su muerte consternaba a todos no menos la rapidez con la que fue cerrado el caso por la justicia española, quienes determinaban que la causa de la muerte era suicidio.
En estos cinco años, la familia Biondo ha luchado por eliminar de ese expediente cualquier signo relativo al suicidio o al accidente, pues para ellos Mario tenía "muchas ganas de vivir y era feliz". Un lapso de tiempo en el que se han llevado a cabo dos exhumaciones y tres autopsias, contando la de este lunes. Santina y Pippo han conseguido los cinco informes periciales con los que han podido convencer a la Fiscalía de Palermo para volver a poner en marcha las investigaciones y abrir el caso, pero también ha quedado patente la enorme brecha que existe con su nuera Raquel.
Mientras que la presentadora se focalizaba por seguir adelante y conocía a Matías Dumont, padre de sus hijos, la familia de su marido no cesaba en su empeño de demostrar que a su hijo lo habían asesinado. Como un péndulo, Sánchez Silva se movía en una dirección diametralmente distinta a la de su familia política.
Una vez arrancada la tercera necropsia, ahora los investigadores tienen hasta sesenta días para presentar sus conclusiones. Durante este tiempo, la familia Biondo no va a parar y, según publica también Jaleos, su próximo objetivo es trasladar los restos de su hijo al panteón familiar que se encuentra en el cementerio de Montelepre, cercano a Palermo.