Su conversión fue fulgurante. El padre Carlos López se sincera sobre Caritina Goyanes. La hija de Cari Lapique, que fallecía de forma repentina a los 46 años, había dedicado mucho tiempo a la fe y a Dios. “Era una persona de oración diaria y de vida sacramental frecuente”, afirma el párroco, amigo de Caritina. La empresaria se refugió en sus creencias cuando su matrimonio pasaba por el peor momento. Allí encontró la salvación. Así lo contaría ella misma.
“Se tomaba en serio la santidad y la buscaba”, asegura el padre en la revista ‘Alfa & Omega’. Caritina acudía a diario a la parque de San Agustín, en Madrid, a misa. Allí rezaba por los suyos y no lo hacía en solitario. Inculcó la fe en sus seres queridos. Incluso en sus vacaciones en Marbella, Caritina con sus hijos y su marido asistían a misa cada día. Era su ritual, el momento en el que se sentía plena.
Los fieles a la parroquia donde asistía la echan mucho de menos. Caritina había logrado hacerse con el cariño de todos. Su carácter alegre y su predisposición al trabajo se habían ganado las simpatías de sus compañeros. Su estancia en los retiros espirituales de Emaús se convirtieron en uno de los mejores momentos paréala hija de Carlos Goyanes. Desde su fallecimiento, las solicitudes se han incrementado.
La versión más espiritual de Caritina Goyanes
“La queríamos mucho aquí”, asegura el padre Carlos. En la parroquia de San Agustín han notado y mucho la ausencia de Caritina. La hija de Cari Lapique fallecía a los 46 años víctima de un infarto. Se encontraba en la casa familiar de Marbella cuando comenzó a sentirse mal. Trasladada de urgencia al hospital de Estepona, el equipo médico ya no pudo hacer nada por salvar su vida.
Los amigos que rodeaban a Caritina en su fe lloran su pérdida. “Caritina me ha llenado tanto que me encanta que estén hablando de ella en todos los lados”, afirma Genoveva, amiga de la fallecida, en la revista ‘Alfa & Omega’. “Entraba a los retiros y era la luz. Era muy crack con la logística, poniendo orden con muchísima paz. Tenía un don de transmitir calma cuando era más necesario. Tenía un don de transmitir calma cuando era más necesario. La estamos echando mucho de menos. Había descubierto a Jesús y le había cambiado la vida, vivía para transmitirlo”.
Su pasión por los retiros espirituales de Emaús ha hecho que ganen mucha popularidad tras su fallecimiento. Ella misma se había encargado de transmitir a sus seres queridos y a sus seguidores en redes sociales los beneficios que había logrado gracias estos retiros. “Hay muchas personas que me están llamando para ir al próximo retiro de Emaús después de conocer su testimonio”, apunta la amiga de Caritina.
El motivo por el que Caritina Goyanes entró en el espíritu Emaús
“Me casé, tuve dos niños. Tenía mi trabajo perfecto, mis amigas, mis planes, una vida social superactiva, mi casa monísima. Todo era perfecto y me entró miedo de que alguna de esas patas que estaban perfectas me fallara. Más que nada, me entró miedo a la pérdida y me volví un poco loca”, confesaba la propia Caritina cuando ya había encontrado el camino de la fe. “No dejaba a mis hijos hacer absolutamente nada y ese miedo se convirtió en ansiedad. Me vi en un punto en el que mi vida iba a toda velocidad, totalmente centrada en el trabajo para no pensar en nada más. Me volví superexigente con mis hijos”.
Fue este miedo el que hizo que pidiese ayuda. “Tenían que ser los mejores en lo que hicieran. Mi marido era el que siempre pagaba el pato porque al final yo estaba siempre con un humor horrible. Me di cuenta de que algo me pasaba y de que tenía que poner freno”, explicaba. “Hice muchos cursos de mindfulness, yoga…. De todo. Nada funcionaba. Seguía con el mismo estrés, los mismos nervios, los mismos gritos a todo el mundo, con un matrimonio vacío. Un día, un amigo me habló de los retiros de Emaús”.
Ahí encontró la paz. Se hizo una ferviente seguridad de este culto y lo recomendaba intensamente a quien lo necesitase. Fue su salvación en un momento en el que había perdido pie y se enfrentaba a una realidad que no era la que ella había soñado. Pero, ¿qué son los retiros de Emaús?
Emaús, los retiros donde Caritina Goyanes fue feliz
Se trata de retiros espirituales concebidos como experiencias religiosas en las que se busca un encuentro íntimo con Dios. Están guiadas por laicos y pensadas para laicos, y suponen una renovación espiritual basada en la lectura del Evangelio de San Lucas. Fueron fundados por Mirna Gallagher, directora de Educación Religiosa de la parroquia de St. Louis.
No llegaron a España hasta 2009 pero desde entonces han gozado de cierta popularidad. Se trata de experiencias espirituales pensadas especialmente para gente laica. Fue el caso de Caritina, que aunque con convicciones religiosas, no había desarrollado una fe como la que tuvo en los últimos años de su vida.
Los retiros de Emaús se llevan divididos entre hombres y mujeres. Su expansión ha sido muy rápida, tanto en España como en el extranjeros, y no es Caritina Goyanes la única famosa que ha acudido a ellos. Tamara Falcó o Isabel Sartorius también han sido devotas de estos retiros. “El retiro está basado en esto, en hacernos entender que Jesucristo ha caminado siempre a nuestro lado, que no nos ha dejado nunca solos”, recoge el canal ‘Mater Dei’.
El profundo bache en el matrimonio de Caritina Goyanes
No son pocos los que han afirmado que la llegada de Caritina Goyanes a estos retiros estuvo motivada por el bache que sufrió su matrimonio. Tal y como salía a luz tas su fallecimiento, la hija de Cari Lapique habría conocido la deslealtad de su marido y que este tendría una hija extramatrimonial. Un terrible revés para una familia que presumía de felicidad y estabilidad.
Nadie de su familia se ha abierto acerca de este hecho que confesaba la periodista Pilar Vidal. Caritina sí habló de su matrimonio y de las crisis que habían pesado, pero reconocía que juntos habían logrado superarlo todo. Ahora se encontraban en un buen momento. Antonio y Caritina habían acudido a pasar el verano a la casa familiar de Marbella. Justo fue allí donde conocieron el fallecimiento del padre de la empresaria, Carlos Goyanes. Solo viente días antes de la muerte de su hija.