¿Qué le pasa a Kiko Rivera? Hace poco, el hijo de Isabel Pantoja anunciaba a sus seguidores en Instagram que está pasando por momentos muy duros a nivel emocional y que, por eso, decidía anular sus próximos conciertos y borrar todas sus publicaciones de Instagram. Al parecer, la presión mediática y su reciente cambio físico le habrían provocado una depresión y no habría podido seguir con su día a día. Una decisión que podría comportarle problemas económicos al estar incumpliendo varios compromisos profesionales además de sus actuaciones.
"Hoy es un día duro para mí. Pongo en conocimiento de los medios de comunicación que por causa de una depresión y con el fin de evitar cualquier daño adicional he decidido retirarme de los escenarios", confesaba Kiko Rivera hace unos días a través de un comunicado publicado en su cuenta de Instagram. Así, el DJ anunciaba que abandonaba temporalmente sus conciertos y, al tiempo, borraba todas sus publicaciones en esta red social. Las personales, las promocionales y las pagadas. Y es que, des de hace un tiempo, el hijo de Isabel Pantoja había contratado los servicios de una agencia de comunicación que gestionaba su imagen digital.
Con esta empresa había conseguido algunos contratos con los que ganaba, según ha informado el portal 'Look', entre 1.000 y 1.500 euros al mes. Y es que algunas marcas pagaban a Kiko por que publicara fotos promocionando o usando sus productos, algo que el DJ no solo no está haciendo, sino que habría borrado todo el trabajo hecho hasta la fecha. "Kiko, de momento, está incumpliendo una serie de contratos y estamos intentando minimizar los daños", explica el community manager del hijo de Isabel Pantoja a dicha revista. Según cuenta la publicación, la agencia está intentando renegociar sus contratos para que Kiko pueda cumplir con los acuerdos más adelante. De no ser posible, deberá devolver algunas de las facturas que ya ha cobrado por incumplimiento de contrato.
Sin embargo, la cosa no pinta fácil para Rivera. Y es que su tremenda decisión de borrar todas sus fotos de Instagram ha afectado mucho a su reputación online, disminuyendo su número de seguidores, ha perdido las estadísticas y ha creado desconfianza entre las marcas a la hora de apostar por él como 'influencer'. Por otra parte, Kiko también había empezado a vender sus propias tazas promocionales a través de esta red social. Otro negocio que le aportaba un pequeño plus a final de mes y que también está descuidando.
Por si esto fuera poco, además de haber anulado conciertos con dos meses de antelación y que, sin un parte médico todavía, podría suponer que Kiko debería responder ante muchas ciudades y locales por incumplimiento de contrato, el DJ tiene todavía otro problema económico que enfrentar. Según recoge 'Look', su agencia de representación ha sabido de todas las drásticas decisiones de Kiko a través de los medios de comunicación o las empresas que le habían contratado y sus representantes no entienden su origen, ya que no han sido recomendadas por ningún médico.
Una serie de problemas económicos que se le añaden a su trance emocional, que es más grave de lo que algunos de sus detractores quieren hacernos creer. Según recogía el programa de María Patiño este mediodía, Kiko Rivera estaría pasando por un verdadero infierno a nivel psicológico. En 'Socialité' anunciaban que el artista emitirá muy pronto un comunicado con el ansiado parte médico, documento que necesita para anular sus compromisos profesionales. Mientras tanto, el hijo de Isabel Pantoja se está dejando cuidar por su familia.
Según el programa de Telecinco, Rivera ya se ha trasladado a la casa de su madre en El Rocío para, muy pronto, trasladarse a 'Cantora', donde recibirá tratamiento psicológico. Al parecer, el problema de Rivera podría nacer de su reciente pérdida de peso, que le habría provocado un 'shock' de identidad tras tantos años de sobre peso. Por su parte, Irene Rosales ya cuenta con el apoyo de su madre, quien se ha trasladado a su domicilio familiar para cuidar de sus dos hijos.