El torero José Ortega Cano podrá volver a ponerse al volante de un coche si supera el curso de sensibilización vial que iniciará esta semana, según ha informado el periodista Jesús Manuel Ruiz en la revista 'Corazón'. De ser así, volverá a conducir siete años después del fatal accidente que sufrió en la carretera de Castilblanco, en Sevilla, en el que, desgraciadamente, falleció Carlos Parra. A resultas del choque, Ortega Cano sufrió gravísimas fracturas y heridas que lo llevaron a la UCI de un hospital sevillano, donde estuvo días debatiéndose entre la vida y la muerte.
Recuperado de las graves lesiones, Ortega Cano fue juzgado y condenado a dos años, seis meses y un día de prisión, pena que cumplió en la cárcel de Zuera, en Zaragoza, donde recibía las visitas de Ana María Aldón y de su hija, Gloria Camila. En aquella época José Fernando, que se había volcado con su padre durante su rehabilitación, volvía a tener problemas con la justicia y con sus adicciones. Fueron los años más duros vividos por Ortega Cano tras la muerte de Rocío Jurado. Solo el nacimiento de su hijo pequeño, José María jr., de cinco años, logró paliar la etapa más dramática de su vida.
Con el tiempo, Ortega Cano –que en el juicio declaró que no iba bebido que solo se mojó "los labios con champán"–, reconoció que tras la muerte de Rocío Jurado cayó en depresión y comenzó a beber.
El programa 'Socialité' quiso hablar con el torero y se lo encontró por la urbanización en la que vive a bordo de una bicicleta. Ortega Cano no quiso hacer ningún tipo de declaraciones, imaginamos, porque aún le resulta muy doloroso que le recuerden el fatídico accidente en el que murió un hombre.
Hasta ahora, Ortega Cano ha tenido que conformarse con ir de copiloto en el coche, ya sea con su novia, Ana María Aldón, o con su cuñado y gran amigo Aniceto.