Estos últimos meses para Sofía Suescun están siendo muy duros. De hecho, desde agosto de 2024 no pasa su mejor época. Pero es verdad que en las últimas semanas las malas noticias se han ido sumando, y ahora quizá tenga que tomar una decisión a la que no pensaba enfrentarse: tener que vender su impresionante casa en la sierra de Madrid.
Pero empecemos por el principio. En agosto de 2024 estalló un conflicto con su madre que nadie sabía que existía. Tras una discusión en casa, Sofía le pidió que se marchase de la citada vivienda que hasta entonces compartían. Una decisión que a Maite Galdeano no le pareció justa y terminó saltando la valla de la casa, provocando la llegada de la policía. Algo que trascendió de manera pública y que terminó con la exconductora de autobuses viviendo en su piso de Murcia y la hija negándose a tener relación alguna con ella mientras no acceda a pedir ayuda para solucionar los conflictos que las enfrentan.
Mantiene un complicado conflicto con Maite Galdeano
Una situación nada agradable de la que ambas, además de Kiko Jiménez pareja de Sofía, hablaron en ‘De Viernes’, y que también concierne a Christian Suescun, hermano de Sofía, que desde el principio se posicionó junto a ella. Seis más tarde, las cosas, lejos de mejorar han empeorado, pues las dos siguen muy distanciadas. Maite no se ha puesto en manos de ningún profesional y Sofía continua su vida con Kiko y alejada de ella, hasta ahora. Pues Maite ha cumplido una de sus ‘amenazas’, la de comprarse una casa cerca de su hija para estar a su lado, quiera o no quiera. Algo que Sofía ya dijo que no le parecía bien y que Kiko ha calificado de ‘acoso’.
Según desveló Omar Suárez la pasada semana en ‘Fiesta’, Maite habría firmado ya la compra de un terreno en la misma urbanización en la que residen los jóvenes. La respuesta de Kiko no se hizo esperar y afirmó que si esto era así tendrían que valorar vender su casa, una casa que, en realidad, es de Sofía, aunque él tiene una exactamente igual que en estos momentos está alquilada.
Su impresionante patrimonio inmobiliario
Se trata de una casa construida a su gusto sobre una parcela de 1.142 metros cuadrados. La vivienda tiene 167 metros cuadrados, de los cuales útiles son 144. Está dividida en salón comedor con cocina abierta, dos habitaciones, una de ellas en suite con otro baño y un enorme vestidor, un gimnasio del que dan buena cuenta en redes sociales, garaje y jardín con piscina, cenador y zona verde.
Pero no es su única propiedad. La influencer tiene otra. Pese a que con el tiempo se ha publicado que se compró un piso en primera línea de playa, en realidad ahora sabemos que fue Maite Galdeano la que compró la propiedad de la urbanización de Murcia.
Según el Registro Mercantil, Sofía tampoco posee ningún terreno urbanizable no construido. Si bien es cierto que ella misma enseñó un solar y explicó que allí quería construirse una casa porque es el lugar donde pasea cada día con sus perros y esas son las vistas que le gustaría tener en el futuro, por ahora, este terreno no consta a su nombre en el Registro.
Sin embargo, Sofía sí es titular de un ático en la capital. Un proyecto en el que ahora está muy volcada, junto a Kiko, reformándolo y decorándolo; parece ser, que con la intención de alquilarlo. Se trata de un ático de dos plantas con terraza, ya está construido y tiene un aire industrial, cocina abierta al salón en la planta de abajo y habitación de matrimonio con vestidor y baño en la de arriba.
Este podría convertirse, al menos de manera provisional, en su refugio si decide mudarse de la casa de la sierra con la llegada de su madre, algo que tampoco es inminente, porque Maite ha comprado un terreno sobre el que todavía tiene que construir.
Lo que, de momento, es un hecho, es que Sofía puede respirar tranquila, porque es evidente que tiene el patrimonio suficiente para hacer los movimientos que sean necesarios con el objetivo de vivir más a gusto.
No tiene la misma suerte en otros ámbitos, pues al conflicto con su madre se suma la reciente pérdida de Indio, uno de sus gatitos, que ha fallecido, y que formaba parte de su familia, como todos los perros y gatos que tiene en casa, que no son pocos.