Han pasado ya 19 años desde que Mercedes Millá diera la bienvenida a los primeros 14 concursantes de ‘Gran Hermano’. La mítica presentadora hablaba entonces de un “experimento sociológico” que finalmente terminaría convirtiéndose en uno de los grandes fenómenos de la televisión.
Mucho ha cambiado la vida de aquellas 14 personas que cruzaron por primera vez las puertas de la casa de Guadalix. Entre ellos, Iñigo González Salas. El ceutí afincado en Sevilla entró cuando apenas tenía 23 años y alcanzó una gran popularidad gracias a su carácter tranquilo, su gran habilidad para no realizar las tareas de la casa y su mítico polo verde.
Sin embargo, 19 años después, su vida es muy diferente. Lejos de la televisión, Iñigo trabaja como profesor interino de la Escuela Oficial de Idiomas de Granada, tal y como ha revelado en una entrevista a Outdoor. “Estoy absolutamente feliz […] Tengo un horario donde puedo hacer otras cosas y no tengo ningún síntoma de estrés, a pesar de que en ocasiones quitan ponerme zancadillas en mi camino”, ha asegurado.
Aunque en un principio intentó vivir de la televisión, el licenciado en periodismo decidió volver a la universidad para cursar Estudios árabes e islámicos. Además, completó esta carrera con un master en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional, otro en Formación de profesor de secundaria y un tercero en enseñanza de español como Lengua extranjera y otras lenguas modernas. “Después de tantas habladurías y tantos desplantes que me han hecho en estos últimos 19 años, ahora mismo soy yo el que me río de todos ellos”, ha asegurado.
Aunque ya hace 19 años que compartieron ‘reality’, Iñigo ha revelado que todos los ex concursantes de ‘Gran Hermano 1’ mantienen su relación gracias a un grupo de Whatsapp. “Sí, tenemos un grupo desde el año 2016, gracias al reencuentro que organizó la gran María Teresa Campos. No estamos todos, la verdad”, ha admitido. Además, ha asegurado que hay cuatro compañeros con los que no mantiene ninguna relación: Nacho, Vanesa, María José y Mónica.
Aparte del gran giro profesional que ha vivido su vida, el ex Gran Hermano también ha vivido muchos cambios a nivel personal. En la actualidad, Iñigo se encuentra sin pareja tras vivir una relación tóxica durante su paso por Polonia. Su físico también es muy diferente. El exconcursante se sometió a una dieta en la que perdió cerca de 20 kilos y, aunque ahora ha recuperado algo de pesa, él se muestra encantado con su nuevo peso.