Pasan los días y permanecen los interrogantes. Los fans de Prince aún siguen en shock tras la repentina muerte de su ídolo, que fue encontrado muerto en el ascensor de su casa de Minneapolis. Pero a su duelo se le une una gran pregunta que aún nadie ha podido contestar: ¿por qué murió?
Muchos son los rumores y algunos de ellos salen de su entorno más cercano. Su cuñado, por ejemplo, asegura que el cantante llevaba más de 150 horas sin dormir trabajando. Un elemento es común en casi todos: el Percocet, un analgésico que Prince tomaba para paliar los dolores que le provocaba una lesión de cadera que sufría desde hace años.
Los médicos llevaban años sugiriéndole al cantante que debía someterse a una intervención para implantarle una prótesis y solucionar el problema, que le impedía llevar sus famosas plataformas y le afectaba a la hora de dar conciertos y en su día a día. Pero el Símbolo se negaba en redondo a entrar en quirófano. ¿El motivo? Prince profesaba desde hace años la religión de los Testigos de Jehová, que impide las transfusiones de sangre, algo inevitable en una intervención de las características que él necesitaba.
El cantante fue visto por última vez en su congregación a mediados de marzo, donde le conocían simplemente como "hermano Nelson". Y en el pasado, no era extraño encontrárselo llamando a puertas en su ciudad armado con su Biblia para captar adeptos.
La autopsia aún tardará semanas en salir a la luz pero, descartada la muerte violenta y el suicidio, y teniendo en cuenta que el cantante visitó su farmacia habitual 15 horas antes de morir para hacerse con su medicación, todo apunta a que el Percocet, como pasó en el caso de Jackson, que era adicto al Propofol, otro potente analgésico que tomaba dese que sufrió una quemadura en los 80 grabando un spot, pudo ser decisivo para su repentino y triste final.