Rocío Carrasco y Fidel Albiac están a punto de sellar su amor con una boda, una de las más esperadas del año. Una relación que empezó en el año 1999 y que, por fin, va a tener el final que se merece. Los novios han vivido mucho juntos y es que 17 años de amor dan para bastante.
Juntos han pasado por momentos buenos y malos. Entre los malos hay que destacar la muerte de los padres de Rocío, Pedro Carrasco y Rocío Jurado, momentos muy duros para ella y en los que Fidel se posicionó como su mejor apoyo, pues fue el único que estuvo a su lado en todo momento.
Los buenos momentos, que seguro han sido muchos, los han vivido en la intimidad, pues la pareja se ha mostrado siempre muy discreta en este aspecto y conocemos pocos momentos de alegría. El primer momento de felicidad del que podremos ser testigos será de su boda, un enlace agridulce pues faltarán gran parte de los familiares de Rocío, incluida su hija Rocío. Y es que con los años Rocío Carrasco se ha ido distanciando de su familia para centrarse casi exclusivamente en Fidel y unos pocos amigos.
En este pequeño e íntimo círculo de amigos, los únicos en los que confía, se encuentran María Teresa Campos y su hija Terelu o la colaboradora Belén Rodríguez, a quienes seguro veremos en el enlace.. Pero es Fidel Albiac el que preside el mundo de Rociíto.
Cuando se conocieron, en el año 1999, Rocío se acababa de divorciar de Antonio David Flores. Muy pronto el sevillano empezó a tomar poder en la familia, hasta el punto de que ahora es el encargado de las finanzas y el representante de su futura mujer.
De eternos novios a pareja ideal, Fidel y Rocío han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Han ido cambiando juntos, tanto mental como físicamente, hasta llegar a este momento que tanto tiempo llevamos esperando, el día de su boda.