Es alucinante lo que puede cambiar una persona con solo escuchar un latido de corazón, en concreto, el de su hijo. José, que hace unas semanas se asustó tanto por la responsabilidad que se le avecinaba con el nacimiento del bebé que acabó huyendo a Tenerife, ahora proclama, muy convencido, que no piensa separarse del lado de ‘la Rebe’ mientras que dure el embarazo.
La pareja, tras pasar por un momento de distanciamiento no solo físico, sino también emocional, debido al agobio de José (no era solo el embarazo sino también la familia de su mujer, que no les dejan ni a sol ni a sombra), encaran esta nueva etapa de sus vidas comprometidos de lo más comprometidos y, es más, esperan ansiosos el nacimiento de la criatura. ¿Pero cómo se puede pasar de un extremo a otro en cuestión de días? Muy fácil, en el caso de José todo cambió cuando acudió a una revisión ginecológica de su chica, tras haberse perdido la primera ecografía por estar fuera de Plasencia. Fue ahí, en la consulta de la doctora, cuando escuchó el sonido que emitía el corazón del bebé en formación. “Escuchar estos latidos cambia a una persona, no me pienso perder una ecografía más”, contó convencido.
Ahora, con la gestación más avanzada, los orgullosos padres ya han sabido qué sexo tendrá el bebé. El orgulloso abuelo es quien lo desvela: “¡Voy a tener el nieto más guapo del mundo!”. En la familia ya tienen a la miss gitana y, ahora, tendrán un mini míster.