El debate de 'GH VIP' arrancaba con un lapsus del Súper, quien mandaba al confesionario a Alyson, llamándola "Aylén". No es un error tan escandaloso como el que se ha vivido esta madrugada en los Óscars, pero a la norteamericana le ha puesto a mil el corazón. Convertida en la jefa de vestuario de la prueba de esta semana, Aylén Milla se encontraba cara a cara con la concursante que ha vivido un tonteo más que evidente con su novio, Marco Ferri.
Alyson tragaba saliva y le preguntaba si era Aylén, pero la argentina no mediaba palabra y se limitaba a tomarle las medidas, literal y figuradamente. El aire se densaba en la habitación y la tensión generada se podía cortar con un cuchillo. "Súper, ¿por qué me haces esto?", se lamentaba la concursante en voz alta. Eckmann abandonaba el confesionario e iba a la habitación donde la esperaba Aída Nizar, que ya se había encontrado con la novia de Marco. Nizar continuaba alimentando la confusión de su compañera y no le revelaba la verdadera identidad de Aylén. "Es la diseñadora más conocida de este país, Agatha Ruiz de la Prada". La vallisoletana vivía un feliz reencuentro con la argentina, con la que se ha posicionado desde el principio. "Cambia de novio, porque le faltan huevos... y le falta de todo", le soltaba Aída.
Pero el momento de auténtico mal rollo estaba por llegar. En toda la historia de GH VIP no se había vivido todavía un reencuentro más desapasionado y gélido entre una pareja. Marco Ferri entraba por la puerta del confesionario y aparecía frente a sus ojos la chica que le había estado esperando fuera y por la que, en principio, bebía los vientos. En vez de encontrarse la cara dulce y amorosa de Aylén, supo enseguida que tenía enfrente a la auténtica "reina de las nieves", como la calificaban durant el debate. El italiano se abalanzaba hacia ella y la cogía en brazos, lleno de felicidad y la colmaba de besos, pero la argentina no mostraba ni un ápice de compasión ni calidez. Empezaba un momento eterno de reproches, muy alejado de la escena que se espera de una pareja enamorada.
Ferri no entendía la actitud de su chica y le reprochaba su actitud. "¿No estás contenta de verme? ¿Ésta es toda tu felicidad después de dos meses sin verme? ¿En serio me merezco este gesto?", le echaba en cara con un punto de chantaje emocional. El concursante le pedía al Súper si podía abandonar la habitación. "No tengo ganas de hacer la prueba", se excusaba, siguiendo con su pataleta.
Aylén, que no conseguía que su chico se calmara, tomaba el turno de queja. "No me has dedicado ni una entrada en tu blog y lo que te estoy expresando es que no tengo ningún tipo de sentimiento", pronunciaba la jefa de vestuario de la prueba. Ferri le ha echado en cara que en la llamada reciente de 2 minutos que compartieron, ella no le dijera ni cómo se encontraba su familia ni le enviara sus apoyos. "Las paredes de esta casa saben quién eres y cómo te llamas. Tú no sabes lo que es estar encerrado aquí, sin saber qué pasa fuera de aquí", le decía Marco. "¡Qué decepción tan grande!”, era la frase con la que el concursante resumía su encuentro con su novia al volver a la casa.
Gracias al resto de habitantes de la casa, y ya en frío, los enamorados en crisis se han puesto a hablar con calma de todo este tiempo separado, de las cosas que no les han gustado y Marco no ha podido contener las lágrimas cuando Aylén le ha hablado de su familia y de su padre. La sangre no ha llegado al río y su relación vuelve a su cauce, con una romántica y pasional reconciliación. Los compañeros de Ferri han querido ayudar a distender el ambiente y les han regalado unas sabanas donde había envueltos unos preservativos, para añadir la nota de humor y que pudieran consumar la reconciliación.