Así es la casa de Ana Milán: una vivienda en el centro de Madrid sofisticada, de aires parisinos y llena de recuerdos

Actriz de cine y televisión, humorista, presentadora, modelo, escritora… y ahora investigadora en ‘Mask Singer: adivina quién canta’. Ana Milán (50 años) es una todoterreno. La alicantina tiene un carisma innato y un estilo propio que ha hecho que toda España la adore con papeles inolvidables como el que hizo en la exitosa serie ‘Cámera Café’ o el de Olimpia en ‘Física o Química’. Esa personalidad que la caracteriza y le ha hecho darse a conocer también se refleja en su hogar. La querida intérprete se ha construido una casa a su imagen y semejanza.

En 2022 adquirió un piso en el centro de Madrid, de 120 metros cuadrados. Lo reformó íntegramente y, posteriormente, decoró de forma exquisita con la ayuda del afamado interiorista Fabián Ñíguez. Juntos crearon el refugio perfecto para Ana Milán, caracterizado por unos interiores de base clásica, pero de estilo ecléctico donde el arte y el color tienen un papel protagonista. 

Tiene aires parisinos con una mezcla de toques extravagantes que hacen de ella un lugar único. Nada más abrir la puerta, uno se encuentra con una imponente cocina que hace de recibidor porque, como la propia Ana Milán dijo en una entrevista con la revista Architectural Digest, las fiestas empiezan y acaban en esta estancia.

"Quería que fuese un espacio en el que pudiese cocinar, pero a la vez que mis amigos me pudiesen acompañar tomando un vino", reconocía. Por ello, diseñó una cocina al milímetro para aprovechar cada rincón. De imponente blanco, se caracteriza por los suelos porcelánicos de Neolith, que cubren toda la casa, y en esta estancia suben a las encimeras. También en la isla, de piedra sinterizada Calacatta, y que hizo de un metro para adaptarla a su altura.

Los detalles están presentes en cada rincón. Cuenta con un cuadro de su serie, de José Salguero, y otro que es un retrato que le regaló el director de la serie ‘Camera Café’. Otras de las cosas que destaca es un jarrón de cristal sobre la isla que contiene mil garzas hechas a mano por su amiga Berta.

"Lo tengo desde hace aproximadamente doce años y me las hizo mi amiga porque hay una leyenda oriental que dice que cuando las construyes tú mismo, le aseguras la felicidad a esa persona", contaba. También la cabeza que le robó a Nuria Roca del plató. Aunque sin duda, lo más llamativo es la araña que preside la cocina. No es algo práctico del mundo pero, como dice, ante lo práctico prefiere lo bello. La lámpara es un buen ejemplo de la importancia que da a los puntos focales en todo el hogar.

Una estancia que contrasta con el resto de la casa en el color. El salón es su zona de paz y también el lugar en el que disfruta con sus amigos. Se trata de una gran estancia con aires barrocos y en la que mezcla estilos y muchos tipos de decoración. Una chimenea de mármol de Carrara que compró en Italia preside el espacio. Cuenta con detalles únicos en sus molduras que se funden con las de los techos del salón: "Quería conseguir un estilo que me hiciera sentir como si Maria Antonieta fuera una de las protagonistas de la serie ‘Sexo en Nueva York’".

El papel Rue Babylone Gold del comedor es otro de los platos fuertes. Diseñado por Juan Gatti para Coordonnée, está inspirado en el París de los setenta de Yves Saint Laurent. Destacan también elementos decorativos como una cabeza de toro en color azul, la lámpara de coral rojo cerámico o los estampados de los textiles del sofá. 

En esta estancia, Milán cuenta con una televisión de 75 pulgadas que se integra a la perfección en el espacio de suelos de mármol en blanco y negro. La pequeña pantalla es su vida, así que instaló una en cada habitación de su refugio en el centro de Madrid.

Su dormitorio no es menos impresionante que el resto de habitaciones. Cuenta con una gran cama de Treca París con un cabecero de líneas curvas y un papel pintado de su tejido favorito: La toile de Jouy. Los detalles de los interruptores dorados y la lámpara de cristal labrado dan el último toque a este sueño de estancia que culmina con un gran vestidor.

Por si fuera poco, uno de los mayores retos que le exigió al interiorista Fabián Ñíguez fue que la casa fuese eficiente y sostenible. Y lo consiguió con el sistema de ventanas que instaló y que mantienen el calor y el frío. Además, utilizó bombillas ecológicas por toda la vivienda. También usó pinturas sostenibles hechas con tinte al agua sin químicos.