Estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales son los tres delitos por los que la Fiscalía Anticorrupción acusa a Luis Medina y a su amigo, el empresario Alberto Luceño, y por los que ha decidido querellarse contra él. Ambos habrían incurrido en estos delitos en la venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid –casi todo defectuoso– en la que habrían actuado en calidad de intermediarios. Por esta operación por la que han sido imputados, el marqués de Villalba se habría embolsado una comisión de un millón de euros con el agravante de haber tenido lugar en el peor momento de la pandemia. La investigación de Anticorrupción pone el foco en el "exagerado" cobro de comisiones que habría llegado hasta cuatro millones que Luis Medina y Alberto Luceño habrían dilapidado en relojes y coches de lujo, y hasta en un yate.
Mientras Luis Medina, hijo de Rafael Medina, el fallecido duque de Feria, defiende su inocencia, su madre, Naty Abascal, era sorprendida por las cámaras. A la carrera, sin hacer declaraciones, se bajaba del taxi y huía como alma que persigue el Diablo para refugiarse en un céntrico establecimiento de Madrid. Habitualmente muy accesible con los medios, la actitud esquiva de la 'socialité' sorprende y mucho en esta ocasión. Asimismo también descoloca su aspecto. Naty Abascal, que presume de ser una de las mujeres más elegantes de nuestro país, corre por las calles de la capital atropelladamente, con el pelo totalmente alborotado por el viento, ocultando su rostro y sujetando con fuerza sus complementos para no perderlos por el camino. Dale al play al siguiente vídeo para ver la sorprendente reaparición de la madre de Luis Medina en medio del escándalo de su hijo.