Hasta hace un mes poco o nada conocíamos de la relación de Nacho Palau con Miguel Bosé pero la estancia del valenciano en los Cayos Cochinos nos está permitiendo saber algo más del lado más íntimo del popular artista. Si bien hace unas semanas hacía público el acuerdo al que había llegado con el cantante por el bienestar de sus cuatro hijos o hablaba del fuerte vínculo que le unía a Telmo, Diego, Ivo y Tadeo, esta vez ha sido Kiko Matamoros quien ha querido indagar un poco más en la historia.
Los concursantes disfrutaban de una charla a la luz de la luna cuando Kiko Matamoros se interesó por saber si la estrecha relación de Nacho Palau y Lucía Bosé molestaba a Miguel: "No sé qué decirte. Pero nos meábamos, nos la pasábamos tan bien (...) Le decía: 'Espero vivir suficiente para ver como sus hijos le tocan las pelotas como nos las tocaba él a su padre y a mí", recordaba nostálgico.
La conversación se recondujo al papel de Bosé como padre. "Estaba muy ilusionado con los nanos, muchísimo. Y quería todo lo contrario a los momentos malos que él tuvo en la infancia", cuenta haciendo referencia a su complicada relación con su padre Luis Miguel Dominguín.
Nacho Palau ha contado que antes de la llegada de sus dos hijos mayores "lo teníamos todo hablado sobre quién se iba a dedicar a qué". Sin embargo, todo cambió de un día para otro sacando la faceta más maniática de Miguel Bosé: "Cuando nacieron empezó a hacerse muy posesivo de intentar controlar todo mucho. Iba muy orgulloso con ellos. Pero demasiada obsesión. Que me he ido y se ha constipado, que se ha caído y se ha rajado…", detallaba. Una actitud que no resulta extraña para el gran público teniendo en cuenta que durante los primeros años de vida de sus cuatro hijos los mantuvo casi en secreto.