El papa emérito, Benedicto XVI, ha fallecido a primera hora de la mañana de este sábado, 31 de diciembre, a los 95 años de edad en el monasterio de la Ciudad del Vaticano donde residía desde su renuncia al Papado en febrero de 2013. Un triste desenlace que se esperaba después de que hace solo unos días el Papa Francisco pidiera a sus feligreses que orasen por la salud de Joseph Ratzinger.
A las 9.34 horas el sonido de una de las campanas de la basílica de San Pedro retumbaba en el Vaticano. A ella se suman todas las campanas de Roma y por consiguiente las de todas las iglesias del mundo. ¡El Papa emérito ha muerto!
Joseph Ratzinger se convirtió en el 265º Papa de la Iglesia católica. Solo ocho años después, hacía historia al renunciar al papado, una decisión muy meditada que pilló por sorpresa a todos. Muchos definieron su gesto como un acto "valiente y revolucionario" por el que liberó al papado de esa fase marcada por el declive de su salud.
¿Cómo será su último adiós?
Su papel como primer Papa emérito de la historia mantiene abiertas todas las opciones con respecto a cómo será su despedida. Será el Papa Francisco quien tome la última decisión por lo que todo parece indicar que Benedicto XVI será despedido con todos los honores. Tal y como dicta el ritual pontificio, los cardenales de todo el mundo serán convocados para celebrar eucaristías por su descanso eterno durante un total de nueve días.
Su cuerpo será expuesto a lo largo de estos días en la basílica de San Pedro para que los fieles puedan acercarse a darle el último adiós. Después se llevará a cabo un entierro solemne que tendrá lugar entre el cuarto y sexto día del fallecimiento. Sus restos mortales se introducirán en tres ataúdes, cada uno dentro de otro: de madera de olmo, de plomo, y de madera de ciprés, tal y como es tradición. Finalmente, a no ser que él haya dado instrucciones de ser enterrado en otro lugar, su cuerpo será ubicado en la cripta ubicada junto a las catacumbas de San Pedro junto al resto de Papas.