Muere Lucía Bosé por coronavirus: Su difícil papel con sus hijos en los últimos años

La italiana nunca fue una madre al uso y es que su carácter frío y distante la llevó a tener algún que otro enfrentamiento con ellos

Actualizado a 23 de marzo de 2020, 15:58

Lucía Bosé se definía a sí misma como una mujer fuerte e independiente que siempre había hecho lo que quería sin pensar en las consecuencias. Se casó en Las Vegas, se separó cuando en España todavía no estaba permitido y fue una actriz de renombre hasta que antepuso su vida personal a la profesional. Un breve resumen que demuestra que sus 89 años de vida son absolutamente de película.

Madre de tres hijos: Paola, Lucía y Miguel, nunca ha negado que no ha sido una madre común y corriente y es que siempre les dejó hacer lo que quería: "por eso no acepto que me den consejos, ni yo se los doy a ellos", reconocía recientemente.

En su última entrevista en 'Sábado Deluxe' hace un año, confesó que si se casase de nuevo "no haría ni un hijo" por la responsabilidad que eso conlleva. Sin embargo, y aunque su fuerte carácter le ha llevado a tener más de un problema con sus descendientes siempre fue el sustento de la familia en sus peores momentos.

Cambio radical

Aunque Lucía siempre fue "cero cariñosa" con sus hijos, el paso del tiempo le cambió un poco su fuerte carácter. Así lo confesaba la propia Paola en una entrevista en 'Sábado Deluxe' donde reconocía que últimamente si le decía que la quería: "Antes era incapaz de hacerlo", confesaba. Con Paola siempre tuvo una relación muy cordial, ya que la actriz nunca se metía en lo que hacía o deshacía su madre.

Su mayor apoyo

Si hace tres años, Lucía Dominguin se enfrentaba a la pérdida de su hija Bimba por un terrible cáncer, ahora ha visto como a su madre se le acababa la vida tras una neumonia que se le complicaba con el ya conocido por todos coronavirus. Paola y Lucía han pasado los últimos años junto a su madre en la casa de campo que poseen en Segovia. Sin duda, una segunda oportunidad a una relación madre-hijas algo diferente a lo habitual. Pero si algo le tiene que agradecer Lucía a su madre es que estuvo a su lado en el peor momento de su vida y le puso ese toque de humor tan peculiar de la italiana.

Amor-odio con Miguel

La relación más complicada fue con su hijo Miguel y es que estuvo años sin hablarse con él aunque reconocía hace unos meses no recordar el motivo. El artista se negó a testificar en favor de su madre tras ser acusada de apropiación indebida del famoso Picasso. Al parecer, aunque sabía del enfado de su madre no lo hizo para no faltar el respeto a la tata, la mujer que realmente lo crió. A pesar de las idas y venidas de su relación, la paradoja de la vida la llevó a disfrutar de unas largas vacaciones con él y sus cuatro nietos en México hace apenas unos meses, un momento en el que Miguel lo necesitaba más que nunca tras el dolor que le produjo separarse de Nacho Palau.