Aline Griffith, condesa viuda de Romanones, falleció la madrugada del lunes 11 de diciembre a la edad de 94 años. Nacida en el seno de una familia adinerada de Nueva York (Estados Unidos), recibió sus estudios en el prestigioso colegio estadounidense Mount Sinai Vicent hasta que fue a la universidad para cursar periodismo. Sin embargo, durante la carrera y hasta su matrimonio con Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, conde de Romanones, trabajó como modelo para prestigiosas firmas de alta costura como Balenciaga.
Gracias a este empleo y sus contactos, en 1943 fue reclutada como agente secreto por la Oficina de Servicios Estrategicos (OSS), la agencia precursora de la CIA, para la que trabajó en Francia y España. Fue aquí donde conoció a su marido, Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, Grande de España, conde de Quintanilla y quien sería conde de Romanones desde 1965 y hasta ser sucedido por su hijo Álvaro en 1987. Con él se casó en 1947, tuvo tres hijos (Álvaro, Luis y Miguel) y, por matrimonio, obtuvo la nacionalidad española y pasó a ser parte de la aristocracia de nuestro país. Como agente secreto recibió el nombre en clave Butch, que más tarde se cambió por 'Tigre'.
Debido a su matrimonio, la condesa pudo codearse con importantes personalidades del mundo de la política y la nobleza nacional e internacional como los duques de Windsor, con quienes mantenía una estrecha amistad, Jacqueline Kennedy, Ronald Reagan y su mujer, Imelda Marcos, el embajador de Estads Unidos, Francisco Franco o la duquesa de Alba, entre muchas otras pertenecientes al mundo del espectáculo, como Maria Callas, Audrey Hepburn o Grace Kelly. Por las amistades que mantuvo pudo realizar numerosas misiones de espionaje en nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Después de aquello, Griffith se dedicó a escribir novelas, sobre todo sobre espionaje, sus vivencias como condesa de Romanones y sus misiones espía para los Estados Unidos desde la Nochevieja de 1943 en el hotel Palace de Madrid. Fue a partir de su tercera novela, 'La espía viste de rojo' (1987), cuando la condesa se hizo famosa. En ella, la viuda de Romanones relata sus primeras vivencias para la OSS.
Durante sus últimos años, Aline Romanones se dedicó a la producción de quesos en su finca extremeña, Pascualete. Productos de muy buena calidad premiados nacional e internacionalmente y servidos en restaurantes con Estrellas Michelin. Sobre todo, Aline destacó por su carácter divertido y cercano y por una vida fascinante y llena de energía y vivencias.
Según informa EFE, la capilla ardiente se celebra en la Iglesia San Francisco de Asís (Madrid), momentos duros a los que ya han asistido amigos y familiares de la condesa. Su nieta, la influencer Lucía Figueroa Domeqc, salía conmocionada del lugar.