Isabel Pantoja (67) ha salido de su refugio. Después de meses en Cantora solo acudiendo a sus conciertos y a sus citas relacionadas con lo laboral, la intérprete de 'Hoy quiero confesar' ha vuelto a salir. Ha vuelto a dejar verse con alguien que no es su hermano Agustín, del que nunca se separa. Hasta ahora. La madre de Kiko Rivera ha tomado la decisión de retomar sus amistades y salir un poco de esa espiral de tristeza, un camino que la distancia del que es uno de sus pilares fundamentales.
Agustín e Isabel se pasan todo el día juntos. Él es su fiel amigo, hermano, representante, acompañante, escudero. Una relación muy criticada por muchos, quienes han llegado a asegurar que el hermano de la cantante ejerce una fuerza en sus decisiones demasiado alta. Alguien desde luego fundamental para la artista que ahora se ha quedado a un lado en uno de sus últimos planes.
Desde Lecturas hemos sabido que Isabel Pantoja está recuperando a sus amigas y su vida social sin su hermano". De hecho, Agustín jamás ha pertenecido a este grupo de amigas (en el que está la tal Mariló), ella está yendo y viniendo y haciendo su vida. Por separado. Han retomado su vida tras la muerte de su madre. Por lo que suponían sus cuidados, ahora ambos hacen sus planes, ella en Córdoba, él en Madrid…. Imágenes que podéis ver en las páginas de la revista, ya en todos los quioscos de España.
Isabel pasó varios días en la ciudad andaluza junto a su amiga, que es quien gestiona todos los tratamientos de salud que la cantante hace en la ciudad. Sin duda hacía mucho tiempo que no veíamos a la madre de Isa Pantoja disfrutando de su tiempo libre, relajada y con la compañía de alguien que no es Agustín. Quienes conocen a Mariló saben que es junto al hermano de la artista su gran apoyo. Y es que incluso cuando Isabel pasó uno de su peores momentos cuando casi pierde un ojo ambos estuvieron a su lado.
Agustín Pantoja, punto de la discordia familiar
Agustín se convirtió en la mano derecha de su hermana tras la trágica muerte del marido de Isabel. Un momento en el que él tuvo que dejarlo todo para convertirse en un pilar fundamental. "Mi tío era un cantante buenísimo. Podría haber sido el Rauw Alejandro de su generación. Pero luego a mi tía le pasó lo que le pasó con Paquirri y bueno, pues ya empezó a llevar los negocios de Isabel y hasta ahí", contó Anabel Pantoja, desvelando así el motivo por el que Agustín abandonó su carrera musical.
Pero aquella decisión marcó además a la familia al completo. Durante años nadie supo la mala relación que había entre tíos y sobrinos, pero poco a poco las rencillas familiares fueron saliendo a flote. De hecho, Isa ha confesado en numerosas ocasiones que Agustín siempre la ha tratado muy mal y que desde muy pequeña se sintió vilipendiada. "Dejó de hablarme cuando tenía 12 años. No le podía pedir perdón porque no sabía lo que había hecho. Se lo permitieron. Nadie le preguntó por qué no me hablaba", explicó la hermana de Kiko Rivera en nuestras páginas.
No fue la única. Kiko comenzó una ardua batalla legal cuando se enteró de que Agustín habría sido el artífice de su complicada situación financiera. El DJ, harto de la situación, decidió emprender acciones legales contra su tío por unos supuestos delitos de apropiación indebida, estafa y administración desleal . De hecho, el primogénito de Isabel recabó a lo largo de los meses infinidad de información que le llevaban a demandar a su familia para conseguir todo lo que era suyo.
En aquel momento Isa se posicionó abiertamente al lado de su hermano, algo que a lo largo del tiempo provocó que la relación con su madre se fuera enfriando: "No he visto la documentación, pero me lo ha contado. Si es así, es normal que Kiko pida explicaciones. Que esté enfadado. Yo también lo estaría y las pediría. Ahora él me está entendiendo más. Él sabe que me va a tener para siempre. En estos meses hemos podido profundizar en cosas que antes dábamos por hecho, de la que nunca habíamos podido hablar", contó en 'El programa de Ana Rosa'. Una etapa que sin duda sigue coleando. Una herida que todavía está abierta y que no se deja cerrar porque Isabel sigue aferrada a su hermano y parece no escuchar las súplicas de sus hijos, que lo único que quieren es recuperar el amor de su madre.