El motivo por el que Cristina Pedroche ha emocionado a Pablo Motos en 'El Hormiguero'

Cristina Pedroche (35 años) cuenta los días para las Campanadas. Ya está ultimando los detalles para una de las noches más importantes del año y una en la que acapara todas las miradas. Dirá adiós al 2023 para dar la bienvenida al 2024 delante de millones de miradas con otro look arriesgado. "Este año también huimos de la tela", ha expuesto la presentadora en 'El Hormiguero'. Ha visitado a Pablo Motos (58 años) y sus hormigas para dar los detalles de esta noche tan especial, pero era inevitable hablar de su hija de tan solo cinco meses. 

La maternidad ha cambiado la vida de Cristina Pedroche y su manera de verla. Le brillan los ojos cada vez que hablan de ella. Lo que no se imaginaban los espectadores de 'El Hormiguero' es que Pablo Motos también se emocionaría. Pero, ¿qué es lo que ha provocado que el presentador acabe llorando incluso antes de salir a plató? 

"El parto lo tengo grabado. Es uno de los mejores momentos de mi vida y lo veo muy a menudo. Así que cuando estábamos hablando de él, Pablo me dijo que no era nada escrupuloso así que hoy le he enseñado el parto y hemos llorado juntos", ha expuesto Cristina Pedroche. "Me sentí tan empoderada, tan fuerte y estaba deseando conocer a mi hija", ha añadido. Pablo Motos asentía con la cabeza y confesaba haberse emocionado al ver las imágenes: "Si antes de salir le he preguntado a Ángela si tiene grabado el suyo. Hemos estado hablando de eso y me he vuelto a emocionar. Tengo que parar de llorar".

"Es un momento salvaje y a la vez, precioso. Había soñado tanto... Conocía todas las fases, de cuánto estaba dilatada. Estaba muy concetrada en la respiración, a día de hoy sigo recurriendo a ella. Entre contracción y contracción, que te dejes ir a un sitio agradable. Yo no hablo de dolor, hablo de intensidad. Cada una que venía me acercaba a conocer a mi hija. Iba a concoer a mi niña ya. Intentas no pensar. Quería apagar el neocortex para dejarme ir y sentir. Si mi cuerpo me pedía estar de pie, tumbada o bailando. Un momento en el que me asusté, estaba dilatada de ocho centímetros, y mi cuerpo empezó a empujar. Es tu cuerpo el que decide cuando. Es muy fuerte. Hay que relajar para que la contracción y el empuje sea lo más natural posible", ha expuesto. Su lugar seguro era Menorca.

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