La montaña de emociones de Xisca Perelló en los Juegos Olímpicos de París 2024

Xisca Perelló disfruta viendo a Rafa Nadal en los Juegos Olímpicos de París 2024, pero lamenta que su hijo no vaya a poder recordarlo

Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Actualizado a 31 de julio de 2024, 13:42

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Sería muy raro que Rafa Nadal (38 años) volviese a participar en unos Juegos Olímpicos. No por falta de ganas, sino porque exige una preparación física. El dolor que le acompaña desde hace años en su día a día empieza a ser insoportable para el de Manacor después de casi dos décadas en la alta competición. "Mi carácter está bien. Yo estoy más triste o más jodido, hablando en plata, cuando tengo más dolor de la cuenta. Tengo un pie que lo tengo muy mal y hay veces que el pie no me deja vivir tranquilo. Hay muchas veces que me cuesta bajar las escaleras de casa por las mañanas. Cuando eso ocurre, que ocurre, cuando uno tiene dolor, y estás mal, enfermo, es difícil estar muy feliz", decía en una entrevista en 2023 con Juanma Castaño.

Nadal hablaba del síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad degenerativa en el escafoides tarsiano, que sufre prácticamente desde que comenzó su carrera profesional. Eso no le ha impedido convertirse en uno de los mejores jugadores del mundo, por no decir en el mejor de la historia. Sin embargo, los Juegos Olímpicos de París 2024 no van a ser precisamente de los que mejor recuerdo guarde. Aunque sí está firmando una buena actuación en dobles junto a Carlos Alcaraz, en la parte individual cayó en la segunda ronda ante Novak Djokovic. 

Aunque le gustaría seguir sumando éxitos a su currículum, Rafa Nadal ya ha anunciado su retirada para este mismo año. Esta noticia no ha sido fácil ni para el propio mallorquín ni para sus aficionados. Es algo que nunca se planteó, pero es consciente de que ya no es el mismo. También es una decisión difícil de gestionar para su propia familia, esa que le ha acompañado a cada paso de su carrera. Como su mujer, Xisca Perelló, que siempre le ha estado apoyando en los buenos momentos, pero mucho más en los malos.

La hija del constructor Bernat Perelló y la funcionaria del Ayuntamiento de Manacor María Pascual lamenta, en parte, esta retirada por el hijo que tienen en común, el pequeño Rafa Nadal Junior, nacido en Palma de Mallorca en 2022 durante la 37 semana de gestación. Al matrimonio le hubiese gustado que el pequeño tuviese la oportunidad de ser testigo de ver a su padre en acción sobre las pistas.

“Bueno, me encantaría jugar un poco más y darle un recuerdo de mí jugando tenis. Eso será lo ideal para mí, mi esposa y mi familia”, comentó el 36 veces campeón ATP Masters 1000 tras celebrar una victoria el pasado mes de abril. Algo que será muy difícil de conseguir aunque, como todo lo que hace Nadal, lo intentará. “Probablemente no podré lograrlo, pero al menos estoy feliz de tener un gran equipo y familia y amigos a mi alrededor durante toda mi vida que me ayudaron en todos los sentidos a ser feliz”, aseguró.

"Hoy no es una excepción. Todavía tengo una gran familia, un gran equipo y amigos desde que era un niño, un niño pequeño. Eso me hace feliz y, de alguna manera, me hace sentir genial que estén aquí, pero espero que sigan estando a mi lado en el futuro después de mi carrera tenística, y eso me hace sentir genial y súper feliz”, finalizó.

 

Una de esas personas que siempre ha estado ahí es su mujer. La conoció cuando apenas eran unos adolescentes gracias a su hermana, Maribel. Iban juntas al colegio Pureza de María de Manacor con María Francisca. A día de hoy, Xisca atraviesa un momento agridulce al estar viviendo una montaña de emociones por todos los cambios en la vida profesional del tenista. Feliz de haber formado por fin una familia con Rafa, es consciente de que queda muy poco para la retirada y le gustaría que su hijo viese la grandeza de su marido sobre las pistas.

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Aunque el pequeño Rafa Nadal la acompaña en las gradas en todo momento, como en los Juegos Olímpicos de París 2024, sabe que aún no tiene conciencia para que esos recuerdos queden grabados en su memoria. Algo que sí le gustaría que ocurriese. Puede que por ello Rafa Nadal siga jugando a un nivel menor para que eso sí suceda. Pase lo que pase siempre tendrán la posibilidad de que el pequeño aprenda a seguir los pasos de su padre y consiga convertirse en una leyenda como él. Como contó en una entrevista, ya le han puesto una raqueta en sus manos. "Le gustó, pero de la misma manera que le parece divertida una cuchara", aclaraba el deportista con humor.

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