A los cuatro años supo que la música era su pasión. A los 14 ya se paseaba por casa con una grabadora de voz que le había regalado su madre. Aquellos fueron los inicios de Mónica Naranjo, una mujer que este año celebra su 40 aniversario y los más de 20 años que hace que sacó su primer disco, siendo todavía muy joven. Y lo hace con ‘4.0’, un disco en el que reinterpreta éxitos como ‘Sobreviviré’, ‘Desátame’, ‘Make you rock’ o ‘Pantera en libertad’ en clave electro-rock.
La gira de presentación es toda una fiesta sobre los escenarios, con músicos, cantantes de coro, bailarines y acróbatas. Y eso que Mónica Naranjo no se cansa de repetir que ella no tiene ni idea de bailar. Este verano tuvo que hacer un parón de casi un mes por culpa de una faringitis, pero ya ha regresado con toda su potencia de voz. Además de la gira por toda España, la cantante graba el programa ‘Tu cara me suena mini’ y prepara una ópera-rock para finales de año.
¿Cómo te encuentras? ¿Ya estás totalmente recuperada?
Sí, gracias. ¡Solo necesitaba descansar para poder recuperarme!
Tu gira con ‘4.0’ agota todas las entradas allá donde va… ¿Pero no dicen que la industria musical está en crisis?
Y lo está, pero supongo que las respuestas tan positivas que estamos teniendo con este trabajo se deben a 22 años haciendo las cosas con el mayor de los cariños y la mejor energía.
¿Qué puede ver el público en este espectáculo?
‘4.0’ es una celebración. Viajamos al pasado para traerlo al presente en forma de canción. En cuanto a la puesta en escena, creo que es el espectáculo más salvaje que he hecho hasta ahora.
‘4.0’ reversiona los temas más importantes de tu carrera. ¿Renovarse o morir?
Para mí el verdadero sentido de la vida está en nuestra evolución, tanto a nivel personal como laboral. No quisiera irme de aquí con la sensación de que voy a repetir curso [ríe].
En ‘Tour 4.0’ participan bailarines, acróbatas… Pero tú dices que eres patosa bailando… ¿Cómo puede ser?
[ríe] ¡Por eso los llevo! Soy intérprete y debo estar concentrada en la música y en el personaje. Créeme, ¡es agotador! Especialmente en este tour en el que no estoy ni un segundo quieta.
Imaginamos que una gira es muy exigente tanto física como psicológicamente. ¿Cómo te preparas?
Pues como todo en la vida, manteniendo la casa de las locas ordenada.
Con ‘4.0’ celebras tus 40 años. ¿Es verdad eso de la crisis de los 40 o en realidad es una buena edad para una mujer?
Es la mejor de las edades, el ecuador de nuestras vidas. Se nos da la oportunidad de crecer y mejorar como personas y decidir si estamos preparadas para enfrentar nuevos retos.
En 2014, además, se cumplen 20 años de tu primer trabajo discográfico, ‘Mónica Naranjo’. ¿Qué has aprendido en estos años?
Para mí la vida siempre ha corrido más que yo. Cuando edité mi primer disco jugaba a ser mayor y ahora que soy mayor intento ser un poco niña, y es que a nuestro niño interno siempre deberíamos amarlo y protegerlo. Pese a los malos momentos, nunca deberíamos dejarlo olvidado. Esa inocencia e ingenuidad de la que goza nuestro niño interior nos alargaría la salud y por tanto la vida. Es un ejercicio que tengo muy presente en mi día a día.
A lo largo de este tiempo, de vez en cuando has anunciado tu retirada de los escenarios.
No, retirada de los escenarios, no. Siempre me refiero a dejar de grabar nuevo material. Después de la edición de la ópera este año que viene, no tengo plan de volver a hacerlo hasta que la industria se sitúe y los autores podamos volver a ver la luz.
¿A veces es mejor parar?
Sí, sin duda, sobre todo cuando la ilusión se ha perdido. Esta es una profesión que debe hacer soñar al respetable, y si tú no sueñas, les entregas un gran vacío.
Este año, por eso, vamos a tener Mónica Naranjo para rato… Pronto se estrenará el programa ‘Tu cara me suena mini’, la versión infantil del ‘talent show’, en el que participas como jurado. La gira se alarga hasta diciembre…
La verdad que participar en esta primera edición de ‘Tu cara me suena mini’ ha sido lo más bonito que he vivido en televisión. Trabajar con niños es enriquecedor. Es tanto el amor y la pasión que le ponen a todo lo que hacen… ellos sueñan, ¡fluyen! Estas semanas de septiembre serán las últimas de grabación y voy a extrañar a mis niños cosa mala, y es que hay tantas risas, besos y abrazos por esos pasillos… ¡Ay qué pena mas grande!