Laura Boyer fallecía a los 57 años el pasado 23 de febrero a consecuencia de un cáncer que le fue diagnosticado hace unos años. Siempre en un segundo plano, la hija mayor de Miguel Boyer vivió los últimos años de su vida arropada por sus seres queridos, los mismos que se han unido tras su pérdida para homenajearla en forma de una misa funeral que tendrá lugar el próximo 9 de marzo en la iglesia de San Manuel y San Benito (Madrid).
Tal y como señala Paloma Barrientos en Vanitatis, los que tuvieron la oportunidad de conocerla aseguran que era buena persona, una mujer "especial, generosa, con sus luces y sombras..." que vivió los últimos años de su vida aislada por completo por elección propia. El próximo jueves, sus familiares y amigos más íntimos se darán cita en un emotivo último adiós en el que no se espera la presencia de Ana Boyer, y mucho menos de Isabel Preysler, con quien protagonizó una guerra que se acrecentó con la muerte del exministro de Economía y una herencia casi inexistente. "Dejó a mi padre pelado en vida", declaró en una entrevista a LOC.
Quienes encabezarán la comitiva serán sus cuatro hijos: Hugo y Gonzalo, fruto de su relación con Luis Imedio, y los gemelos Antonio y Amos, de su segundo matrimonio con Antonio González.
Ana Boyer, ajena por completo a la muerte de su hermana
No es ningún secreto que la relación entre Ana y su hermana Laura era nula. De hecho, a la hija mayor de Miguel Boyer no le temblaba la voz a la hora de señalar a Isabel Preysler como la culpable. "Se preocupó de que Ana no nos tuviera cariño ni a mi hermano ni a mí", confesaba en una de sus últimas entrevistas. A raíz de su muerte, todas las miradas se posaban sobre la hija de Isabel Preysler, pero la joven ha hecho caso omiso y sigue con su vida tranquila en Doha, donde está volcada en el cuidado de sus dos hijos. Ni siquiera ha respondido a los comentarios de sus seguidores que le enviaban mucho ánimo tras el fallecimiento de su hermana mayor.
Para sorpresa de todos, quien sí reaccionó fue Tamara Falcó. "Es tristísimo", dijo la marquesa de Griñón, quien tuvo la oportunidad de coincidir con Laura en más de una ocasión, una de las últimas en el funeral de Miguel Boyer, donde la vimos consolando a toda la familia.