A Miranda Kerr la promoción de su línea de cosméticos orgánicos le ha salido bordada. ¿Qué ha hecho? ¿Ha contratado a una respetada analista de Marketing? ¿Ha fichado acaso a un crack de las relaciones públicas? No, sólo se ha quitado la parte de arriba del biquini. Así de simple y así de eficaz. Con este sencillo gesto ha logrado lo que quería, que una fotografía se convirtiera en viral y que todos estemos ahora hablando de las bondades de sus cremas orgánicas. Bravo, Miranda.
Kerr, centrada en su carrera de modelo y de empresaria, sabe que ella es el mejor escaparate que podría haber deseado para su propia firma. “¿Os gusta mi maravillosa piel? ¡Sólo tenéis que usar Kora Organics!”, suele ser el mensaje subyacente de cada imagen que cuelga en redes sociales. Y nada está hecho al azar. Una vista al interior de su bolso nos basta para saber que no se despega de la crema de manos ni de la bruma facial de Kora. Un bodegón publicado en sus redes sociales que parece improvisado y que consigue convertirse en una potentísima arma de consumo masivo. ¡Lancémonos YA a por los productos de Miranda! ¡Convirtámonos en ella! Afortunadamente sabemos que existen unas cositas llamadas genes y que, por muchas cremas orgánicas que nos pongamos, no podríamos convertirnos en Kerr. Recordemos que se trata de cosmética, no de Lourdes.
El caso es que Miranda ha aprovechado este tiempo de ‘spring break’ americano para recordarle a todos sus fans que cuando uno cambia de rutina de belleza y pasa de una no natural a otra en la que los productos sí que lo son, el cuerpo tiene que “desintoxicarse” debido a los químicos residuales que aún quedan en la piel… ¿Qué recomienda ella? ¡Beber agua! Que parece el ‘tip beauty’ que todas las modelos repiten como una letanía. Bebed agua, untaros de la cabeza a los pies de sus cremas y después, si no sois calcaditos a la modelo, id a pedirle el libro de reclamaciones. Tendríais todo el derecho.
Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS