Tras el exitazo del la temporada anterior, este lunes vuelve a la 1 de TVE el mítico concurso 'Grand Prix' con Ramón García (62 años) y la popular youtuber Cristinini (34 años), a los mandos. El presentador regresa con muchísima ilusión y ganas de repetir el triunfo del verano anterior.
Cuando media España goza de las ansiadas vacaciones, Ramón García llega a la televisión pública con ganas de hacer disfrutar a todos los espectadores. El programa vuelve a las noches de los lunes con una pequeña revolución en su formato, más juegos, pero con las mismas ganas de divertirse y hacer disfrutar a los espectadores. Un total de 14 localidades competirán semana tras semana para alzarse con la ansiada victoria final.
Sin pelos en la lengua, Ramón García ha hablado con naturalidad de la competencia directa con 'Supervivientes: All Stars' después de que Mediaset tomara la determinación de cambiar la gala de 'Tierra de Nadie' a los martes. "Vamos a estar a hostias", exclamaba en tono jocoso al tiempo que reconocía que no le gusta hacer competir con dos programas de máxima audiencia. "No me gusta que se compita con grandes formatos, porque eso resta al espectador (...) Hay días de sobra para que no coincidan grandes formatos. Que Mediaset se lleve lo suyo con Supervivientes y que TVE haga lo mismo con Grand Prix", sentenciaba.
Respecto a los datos de audiencia, Ramón es consciente de que los resultados de este año serán mucho más moderados que la temporada pasada. "Yo lo que quiero es estar por encima de la cadena y que nos vuelvan a tener de referencia", ha asegurado.
Desde que se divorciara de Patricia Cerezo en 2021 después de 24 años juntos y dos hijas en común, Ramontxu se ha volcado en el trabajo y no se le ha vuelto a conocer pareja. Una vida personal muy hermética que ha mantenido al margen de los focos a pesar de la gran popularidad que ha gozado siempre.
Cuentas y propiedades de Ramón García
Ramontxu, como se le ha conocido siempre de manera cariñosa, tiene dos sociedades a su nombre. La primera es Bilbo TV producciones y servicios SL, que fue dada de alta en 1997 y que ahora esta dedicada a la publicidad. Durante algún tiempo se administró por el matrimonio, ahora solo aparece registrada a su nombre, y aunque permanece activa y parece estable, las últimas cuentas que pueden consultarse son de 2016, año en que la sociedad estaba valorada en casi 300.000 euros.
La segunda es Tulua SL que data de 1992 y que está dedicada a “servicios de radiodifusión, servicios de enlace y transmisión de señales de televisión”, aunque hace algunos años se añadió el objetivo de la gestión de alquileres. Siempre ha estado administrada por Ramón en solitario, y en el último año que puede consultarse, 2019, contaba con un activo de 3,5 millones de euros. Y es que no en vano, a nombre de esta sociedad, estaban, al menos antes del divorcio, las propiedades de la familia.
Tanto la casa de Pozuelo de Alarcón en la que vivían juntos, que es un chalet individual con jardín y piscina privada, como el piso en Marbella al que acudían junto a sus hijas cada vez que el trabajo de ambos les dejaba momentos libres para hacerlo. Un inmueble de 138 metros cuadrados en una exclusiva urbanización con todo tipo de lujos y comodidades. Ramón, además, cuenta con una donación a su favor hecha en 2005 por la que es propietario de algunas participaciones de un piso en su Bilbao natal y de dos locales con dos plazas de garaje.
Económicamente todo esta en orden, solo hay que ver los datos ofrecidos. En el terreno personal lo cierto es que se desconoce porque él no es nada dado a hablar de su vida privada, y si hay alguien que ahora ocupe su corazón por el momento no se ha hecho público. Su relación con su exmujer es muy buena y sigue teniendo mucha sintonía con sus hijas adolescentes. También en el terreno laboral las cosas marchan, va enlazando proyectos y regresar a la que durante tantos años ha sido su casa para presentar uno de los concursos con más solera de la televisión no le puede hacer más feliz.