El sofá de 'Chester in love' ha sido testigo de la revelación más sincera e íntima de Miguel Poveda. El cantaor de Badalona habló por primera vez sin tapujos de su homosexualidad y contó el drama que vive con su pareja. Risto Mejide invitó también al árbitro Jesús Tomillero para narrar lo duro que es ser gay en ámbitos tan machistas como el fútbol.
Antes del testimonio de Tomillero, Poveda habló de su infancia, "sentía más por los chicos que por las chicas", y de lo que le costó asumir su orientación sexual. "De pequeño me torturaba mucho, porque pensaba que tenía algún trastorno". "Era un tema que, en mi casa, ni se conocía ni se hablaba", contaba, "y sentía que iba a defraudar a mis padres". Miguel ha confesado que se enamoraba de cualquier que le dedicara muestras de afecto: "En la mili, donde me llamaban Camarón, me pasó que había quien me protegía y decía al resto: "¡A Camarón que nadie le toque!" y yo ya pensaba que le amaba". Cuando se armó de valor y confesó a sus padres que era gay la respuesta de su padre no le amedrentó: "Me dijo: "Está bien, pero aquí no va a haber ninguna muestra de cariño con tus parejas". Y les respondí: "Vale, pero de mis hermanas tampoco".
Miguel Poveda ha confesado que tiene pareja y está enamorado, pero no pueden expresar su amor a lo cuatro vientos, porque los padres de su pareja no conocen la orientación sexual de su hijo. "Todavía no se lo puede decir a los padres. Si superan todo lo que llora y sufre por llevar esa doble vida", ha revelado. El cantaor ha expresado su deseo de casarse con su pareja, "o al menos no verle sufrir como lo hace, porque es una cárcel terrible".