Belén Esteban se ha mordido la lengua en lo que a Toño Sanchís se refiere. Sus abogados le tenían terminantemente prohibido decir nada, pero ahora con la victoria a sus espaldas se permite hablar eso que llevaba tanto tiempo callando. Uno de los primeros temas que quiso aclarar en su ‘belenazo’ en ‘Sábado Deluxe’ fue el que involucra a su hija Andrea Janeiro.
Tras ver numerosos vídeos en los que su exrepresentante hablaba de la joven, que este año cumplirá 19 años, Belén respondió. Quizás, uno de los más dolorosos fue en el que Toño, en ‘El programa de Ana Rosa’, decía esto: “Si alguien se presenta el día de mañana con unas pruebas de paternidad y reclama esa paternidad yo ya no pongo las manos en el fuego”, como poniendo en duda que Jesús Janeiro fuera el progenitor de Andrea. En los vídeos que Belén tuvo la oportunidad de contestar también vio otra pieza de Sanchís declarando su “apoyo incondicional sin fisuras” a la decisión de Andrea de no ser personaje público y que se respetase su anonimato, “lo primero que tendría que hacer es poner un bozal a su madre que, desde antes de venir a este mundo, ha retransmitido su vida”.
“¿Tú, respeto a ella? ¿haciéndole a su madre lo que has hecho? Señores, yo no tengo una buena relación con el padre de mi hija, Jesús Janeiro Bazán ¡ese es el padre de mi hija! A mí ella me ha pedido que no hable y así lo hecho”. Aprovechando la coyuntura, la Esteban también ha querido dar las gracias a la prensa por respetar el deseo de su hija de querer ser anónima.
Los colaboradores presentes, con Antonio Rossi a la cabeza, remarcaron el interés económico que, supuestamente, movería al marido de Lorena con su relación con la joven Andrea, “para él era una fuente de ingresos”. “Toño llegó a asegurar que echaba de menos a Andrea”, “él dice que cuando la vea le va a dar un abrazo, pero yo le doy un consejo, que no te acerques ni a cincuenta metros”, como dejando a entender que Andrea no querría saber absolutamente nade de la persona que más daño ha hecho en su vida a su madre. Un mensaje muy directo.
“Para ella ha tenido que ser una decepción muy grande”, le decía Gema, “totalmente… ella veía a su madre sufrir”. Y ahí lo quiso dejar, pues no quería que la discretísima estudiante, la volviera a llamar al orden por irse de la lengua.