El amor ha vuelto con fuerza a la vida de Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (33 años). La pareja, que se reconciliaba casi por sorpresa, encara esta segunda etapa de su relación con más tranquilidad y pensando en el futuro. Uno que pasa, claro, por su próxima boda. Ya con anillo de compromiso y con el diseñador de su vestido de novia elegido, Tamara aprovechaba el pasado domingo para acudir a misa acompañada de Íñigo. La pareja tiene su iglesia favorita, cerca de su domicilio, y es habitual verles acudiendo a alguno de los servicios que allí se celebran.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva están ya casi en capilla. La pareja se casa dentro de pocos meses y se encuentra ultimando los detalles para su enlace. El vestido de ella, el traje de él, el lugar, hasta el chef y el párroco. Pocas cosas les quedan a los enamorados. La hija de Isabel Preysler confesaba que su familia estaba al corriendo de su elección de diseñadores para su vestido y que les había sorprendido. Todo es poco para la boda del año.
¿Qué han hecho Tamara Falcó e Íñigo Onieva?
Este pasado domingo, los reporteros captaban a la pareja yendo a misa. Del brazo y luciendo anillo de compromiso, Tamara e Íñigo, muy cómplices, acudían a su iglesia habitual, muy cerca del domicilio en el que residen. Bien abrigados y con un look muy deportivos, derrochaba amor en cada mirada. Está claro que la felicidad por su futuro enlace les embarga en todos los sentidos.
Tamara mostraba a las cámaras el nuevo anillo y sonreía ilusionada. La pareja no se esconde. Después de haber vivido una de las rupturas más mediáticas de los últimos tiempos, volvían a retomar lo suyo. Acompañados de otra pareja, pasaban un fin de semana muy espiritual. Onieva ha abrazado la fe con ganas.
Los nervios de Íñigo Onieva
El empresario mostraba ciertos nervios cuando le preguntaban los reporteros. Íñigo Onieva, menos acostumbrado a la presencia de medios, no podía ocultar la inquietud que le genera cada vez que tiene que enfrentarse a las cámaras. Ya fue así en su aparición en el desfile de Pedro del Hierro. Nervioso le consultaba a Tamara si lo estaba haciendo todo bien. ¿Cómo se enfrentará a la boda? La expectación que se ha generado en enorme. ¿Cumplirá todo lo que se espera de él?
Por el momento, Tamara e Íñigo disfrutan de su relación ajenos a lo que se comenta. Felices y con buen ánimo, han logrado que hasta sus respectivas familiares se reconcilien con la situación. Con intentar controlar todos los flecos que les quedan de su enlace, ya tienen bastante.