Melania Trump, visiblemente molesta, gana su pulso a Letizia: el look con el que ha mandado un contundente mensaje a todos

Un salto de protocolo histórico. Hasta el 26 de abril, día fijado para despedir al Papa Humilde, Francisco, la etiqueta vaticana era clara. Uno ya podía enfadarse y patalear todo lo que quisiera, pero, si el protocolo dictaminaba una cosa, todos los invitados tenían que seguirla. Hasta hoy. Porque los Trump han conseguido algo insólito hasta la fecha. 

El funeral del papa Francisco, como el de todos los sumos pontífices, se rige por unas normas inalterables para las y los asistentes deben atender. Una ellas dictaminan que, a la hora de que los asistentes se sitúen en la ceremonia, deben hacerlo atendiendo a una jerarquía.

Primero iban los dirigentes del país que recibía, Italia, después el del país del que era natural el pontífice, en este caso Argentina, y ya, a continuación, los miembros de la realeza; entre los que, por supuesto, se encuentran Letizia y Felipe, acompañados de Mary de Dinamarca, Silvia y Carlos Gustavo de Suecia, Matilde y Felipe de Bélgica… Hasta hoy, las bancadas posteriores quedaban reservadas para otros jefes de Estado y presidentes, en este caso, los Trump. Pero no ha sido así.

El pulso de los Trump a la Corona española

Donald y Melania han movido sus hilos y han conseguido lo inimaginable: estar sentados en primera fila, una posición que no les correspondía. Además, lo han hecho sentados al lado de nuestros Reyes, en una especie de pulso inesperado. 

El matrimonio Trump, grandes protagonistas del entierro del papa Francisco

Con un llamativo despliegue de seguridad por el número de personas que implicaba, la comitiva estadounidense hacía su entrada en la Plaza de San Pedro pasadas las nueve y media de la mañana. Tras presentar sus respetos al Papa fallecido en el interior de la basílica, Melania y Donald Trump han abandonado el templo y se han dirigido a sus asientos reservados en una sorprendente primera fila. 

Corrillos alrededor del presidente americano

Trump ha saludado a muchos de los presentes; ha sido una cumbre internacional para el presidente

Antes de llegar hasta su bancada, los estadounidenses se han detenido a saludar a los españoles. El rey Felipe ha sido el primero en tender su mano, mientras que Letizia lo ha hecho a continuación. El saludo ha sido rápido, fugaz. Incómodo. La Reina no ha querido detenerse demasiado en este encuentro y ha retomado su posición de manera inmediata. Lo que ha provocado que Melania se quedara un tanto desubicada, sin saber qué hacer a continuación mientras su marido continuaba con sus labores de relaciones públicas. 

El look teatral de Melania Trump

La primera dama ha lucido el luto requerido usando un velo a ras de sus ojos que remarcaba, aún más, la potencia de su mirada, de lo más fiera. Melania, católica, ha escogido un estilismo muy teatral, con el que ha enviado un potente mensaje de fortaleza. La esposa de Trump ha llevado el estilo propio de la 'working woman', que tan de moda se puso gracias a películas como 'Armas de mujer', empleando la versión midi del traje de chaqueta cruzado que marcó el ascenso femenino en las oficinas y cargos de poder. 

El tiro de cámara ha permitido contemplar a los reyes Felipe y Letizia, sentados al lado de los Trump

A su lado, Donald, que, en lugar de optar por el negro, se ha decantado por su clásico uniforme de traje azul marino, su distintivo y una opción que, pese a no estar fuera del protocolo, no suele ser la habitual. Afortunadamente, en esta ocasión, ha dejado la corbata roja en la maleta.

Últimos en llegar, primeros en irse

La delegación norteamericana ha sido la última en llegar a la Plaza de San Pedro. Los Reyes españoles llegaron a Roma el día anterior, por lo que han podido pasar unas horas en la capital italiana y hasta tener un breve encuentro con españoles que se encontraban en la ciudad. 

En el caso de los Trump han llegado con el tiempo justo para pasar estas tres horas honrando la memoria del Papa. Una vez que la comitiva conduzca el cuerpo sin vida del sumo pontífice hasta su última morada, localizada en la iglesia de Santa María La Mayor, el presidente y la primera dama volverán al Air Force One que les llevará a Nueva York para llegar justo a tiempo a la fiesta que Melania ha organizado con motivo de su cumpleaños, que ha coincidido con semejante fecha para el recuerdo. Quizás, la cara de disgusto de esta viniera por la angustia de pensar que podría perdérsela. Cada uno, con sus prioridades.