Aunque se sabía que Meghan Markle luciría un segundo vestido de boda, la marca que lo firmaría era un completo misterio. Un enigma que se ha resuelto a la media tarde cuando ha salido del Castillo de Windsor acompañada de su marido, el príncipe Harry. Los duques de Sussex, aparecían muy elegantes dispuestos a poner rumbo hacia Frogmore House, donde se ha celebrado una recepción vespertina ofrecida por el príncipe Carlos en su honor y de carácter más íntimo.
El segundo vestido de la novia ha sorprendido por su sencillez y a la vez elegancia y sensualidad. Se trata de un diseño de la británica Stella McCartney de color blanco, hecho en crêpe de seda y con un poco de cola. Esta vez la ex actriz ha cambiado el cuello barco por un favorecedor cuello halter que le dejaba la espalda al aire.
Markle ha completado el look con unos zapatos de salón de la marca Aquazzura en nude realizados en satén con suelas de color azul y con un anillo del mismo color que pertenecía a Lady Di. Este sería un regalo que el príncipe le habría hecho a su prometida como regalo de boda. En cuanto al estilismo del pelo, Meghan se ha decantado por un recogido de tono más informal realizado por el estilista George Northwood.
Siendo el primero vestido un diseño de Clare Waight Keller, parece que la decisión por apostar por marcas femeninas podría no ser casual, convirtiéndose en una reivindicación feminista que denunciaría la escasez de mujeres liderando las grandes marcas.
Por su parte, el príncipe ha cambiado el uniforme de gala del ejército por un favorecedor frac negro. Un cambio de vestuario por parte de los novios que ya hicieron en su día Kate Middleton con el príncipe Guillermo.
La pareja de recién casados ha puesto rumbo a su destino montados en un Jaguar E-Type Concept Zero azul conducido por el propio Harry. Antes de subir, este no ha dudado en abrirle la puerta a su esposa, un gesto de caballerosidad que ha enamorado a muchos.