Máximo Huerta, junto a su novio, da a conocer su tradición romántica favorita

Máximo Huerta está enamorado y no hace falta que lo jure con la mano sobre la biblia. Sus posts en redes sociales destilan una enorme felicidad y tras dar a conocer al mundo su relación, ahora ha pensado que sería bonito compartir una de las tradiciones más románticas de su tierra, que, por supuesto, realiza con Juan Castillo, el guapo moreno con el que comparte vida desde hace tiempo.

“El 9 de octubre es el día de la Comunidad Valenciana y también el de Sant Donís, patrón de los enamorados”, escribía Màximo Huerta hace solo unos días en redes sociales. “La tradición habla de la mocadorà, los valencianos nos regalamos unos dulces de mazapán que fingen ser frutas y verduras envueltos en un pañuelo (mocador). Y así andamos 💘 @byjuancastillo". Sus palabras estaban acompañadas de dos fotos: una preciosa instantánea en blanco y negro, de él y Juan sentados en una terraza disfrutando de dos copas de vino en un día soleado, y una segunda imagen de las frutillas de mazapán que parece que se regalaron con motivo de la festividad de los enamorados.

La tradición romántica preferida de Máximo Huerta y su chico

El “así andamos” seguido por un corazón atravesado por una flecha da más pistas de lo ilusionado que está el ex Ministro de Cultura. Tal y como pudo saber Lecturas, la pareja llevaría tiempo saliendo pero no fue hasta este verano cuando el escritor se animó a compartir una foto juntos. Máximo Huerta, abrazando a su chico y un ancla como única descripción de la imagen. Un dibujo que tiene una estrecha vinculación con él, puesto que hasta la lleva tatuada en uno de sus brazos, al modo que la solían lucir los marineros del siglo pasado. Ahora, y de nuevo tirando por la iconografía del tatuaje más clásico, ha optado por un corazón flechado para referirse a su pareja. Pero antes de esa, hubo varias, tan solo que pasaron desapercibidas; pero ese abrazo fue un antes y un después.

Tanto Màximo Huerta como su chico son poco dados a compartir las estampas más privadas de su vida en pareja. Aún así basta con darse una vuelta por las redes de ambos para descubrir como su historia lleva tiempo escribiéndose. Reuniones con amigos, viajes juntos, alegrías laborales compartidas… de hecho, Juan es un gran fan del trabajo como escritor de su novio. Se enorgullece de sus últimos lanzamientos, los cuales celebra y vive con tremenda ilusión.

Máximo Huerta y su novio, en en un viaje reciente a París

Los dos comparten una enorme pasión por la lectura, por los animales (sí, por Doña Leo, la perrita de Máximo, en particular) y una tremenda nostalgia por un París idílico de cafés y paseos a orillas del Sena.

El 14 de febrero está sobrevalorado, porque ¿quién quiere bombones de San Valentín cuando se tienen hortalizas de la huerta valenciana (aunque sean en versión mazapanera)? Nosotros, al igual que Màximo Huerta, tenemos clarísimo con qué nos quedamos.