Todo se ha quedado en un susto. Afortunadamente para Máxima de Holanda, los problemas médicos que sufrió la semana pasada cada vez parecen más lejanos, y hoy la hemos podido ver en un acto con Mary de Dinamarca mucho más recuperada y con una buena cara innegable.
La monarca comenzó a sentirse mal la semana pasada cuando se encontraba en viaje oficial en China. Máxima padecía una infección renal que le provocó unas elevadas fiebres que no cedían ni con medicamentos. Es por eso, que se convino que lo mejor para ella sería volver a Holanda y recibir los cuidados que necesitaba en su país. Así que dicho y hecho, la esposa de Guillermo de Holanda voló a La Haya y estuvo ingresada algunos días en un hospital, el Bronovo, hasta que su estado de salud mejoró.
Guillermo cumplió con la agenda prevista para el viaje y no pudo estar al lado de su mujer en estos complicados momentos. Por suerte, Zorreguieta parece encontrarse mejor.
La reina ha compartido esta mañana con Mary de Dinamarca su asistencia a la Conferencia Internacional de Mujeres de Acogida donde no ha evidenciado ningún síntoma de fatiga o cansancio. El acto, que ha tenido lugar en La Haya, la ha tenido como protagonista indiscutible. Todos querían saber qué tal se encontraba y cómo había sido su recuperación. La monarca ha asegurado encontrase “mucho mejor”, aunque todavía continuaba reponiéndose de la enfermedad. También ha agradecido, como ya hiciera su marido, los deseos de recuperación que ha recibido por parte de todos los holandeses. Estos gestos la han llegado al corazón.
La reina permaneció tres días ingresada y el sábado pudo regresar a casa. Este alta hospitalaria fue una estupenda noticia para Máxima, quien deseaba volver cuanto antes al lado de su marido y sus hijas. Y ahora, cuatro días más tarde, aquí la tenemos, tan sonriente como siempre y dispuesta a estar a la altura de las circunstancias.