He tenido que volverse sola. Sin su marido. La reina Máxima está de vuelta en Holanda después encontrarse mal durante su viaje a China. Ahora la monarca permanece ingresada debido a una nefritis, una infección renal.
El ingreso hospitalario en La Haya se produjo el martes a primera hora de la mañana. No había tiempo que perder, y aunque la reina sentía un gran malestar, llegó al Hospital Bronovo caminando, sin necesitar ningún tipo de asistencia.
Este contratiempo médico ha sido un verdadero fastidio para sus planes. Su deseo era culminar el viaje por China al lado de Guillermo, su marido, pero no ha podido ser así. Ha tenido que ausentarse y él la ha disculpado diciendo que trató hasta el último momento de proseguir con su agenda. Máxima, la salud manda.
Precisamente su marido habrá sido quien más ha sufrido con todo esto. Si malo es estar enfermo, mucho peor es ver a un ser querido débil y marchándose de tu lado y tú sin poderlo acompañar por las obligaciones laborales, ya que su regreso oficial tendrá lugar el día 29, jueves. Para que luego digan que no es sacrificado ser monarca.
Durante el viaje, Máxima tuvo fiebre elevada y eso hizo que no se postergara más su regreso. Cogió un avión y el martes ya estaba en casa, dispuesta a recibir tratamiento y a dejarse cuidar. Eso sí, no se sabe el tiempo que Zorreguieta deberá permanecer en Bronovo, todo dependerá de su evolución y de su mejoría.
El rey ya ha tranquilizado a todos los holandeses asegurándoles que la reina se encontraba bien y que el viaje China-Holanda había transcurrido sin incidentes. Ha agradecido las muestras de cariño recibidas y por último ha destacado la fuerza de su mujer, quien insistió en varias ocasiones en que no se cambiara nada del programa previsto durante el viaje oficial.