'Masterchef' se vio sorprendido en plenas grabaciones de su octava edición por la alerta sanitaria. La situación provocó algo insólito y es que los ocho concursantes que aún estaban en sus cocinas siguieron viviendo juntos alejados de sus familias. Los aspirantes llevan 16 semanas juntos y pasar la cuarentena, sin grabar y lejos de los suyos, ha marcado un antes y un después en ellos y en el programa.
El talent culinairo reanudó sus grabaciones a finales de abril con la misma exigencias de siempre pero con la sombra del confinamiento muy presente. "He perdido 5 kilos", ha contado Juana, y todos, han compartido, se han entregado a las clases deportivas de Iván y a los vídeos de humor de José Mari. Además, Luna y Alberto se han entregado de todas todas al amor.
Su primera toma de contacto tras todo lo vivido ha estado marcada por la emoción. El programa ha podido emitir los programas que ya tenían grabados pero la realidad es que todo este tiempo los concursantes han estado sin poder ver a sus familias y viviendo juntos en una casa. En el primer programa grabado tras el decreto del estado de alarma se han reencontrado con sus familiares y eso ha hecho que los jueces, Jordi Cruz, Samantha Vallejo Nágera y Pepe Rodríguez, se hayan venido un poco abajo, sobre todo este último que no ha podido contener las lágrimas.
Aunque ha intentado aguantar el tipo, Pepe Rodríguez no ha podido evitar emocionarse al ver el bonito reencuentro de los ocho aspirantes con sus familias. Sus parejas, sus padres o sus hermanos han visitado las cocinas pero, tras tantas semanas separados, no han podido ni besarse ni abrazarse. Una realidad durísima que ha hecho llorar al cocinero.
En la nueva normalidad de Masterchef, Alberto, Ana, Andy, Iván, José Mari, Juana, Luna y Michael han cocinado entre estrictas medidas de seguridad.
Una décima gala con distancia de seguridad, guantes, sin mascarillas y, sobre todo, mucha precaución. Solo quedan tres semanas de concurso.