Ha llegado arrasando. Si la primera temporada de MasterChef Celebrity se convirtió en todo un fenómeno -¿quién no recuerda los bailes de Loles en la cocina?-, esta segunda promete darnos muchos momentazos televisivos. De hecho, pese a competir con GH Revolution, no le fue nada mal en audiencia. Eso sí, a los aspirantes les queda muchísimo para igualar el nivel de sus predecesores. Tal fue el desastre en la prueba de exteriores que tuvieron que mandarles a casi todos a la eliminación...
Nunca habíamos visto un caos igual. Dos equipos, capitaneados por José Corbacho y Patricia Montero, que no conseguían hacer nada bien. “Reconozco que hacía mucho tiempo que no estaba tan enfadado”, afirmaba Pepe Rodríguez. “Qué desastre de cocinado”. La desesperación del jurado llegó a tal punto que tuvieron que ponerse las chaquetillas y entrar a echar una mano, o si no, no hubiese habido forma de terminar. Claro que, una vez servida la comida, les tocó el turno de recibir la reprimenda.
“Habéis conseguido hacer historia en MasterChef. Ha sido el estreno en exteriores más desastroso de todas las ediciones”, les aseguró el miembro más veterano del jurado. Nadie se atrevía a abrir la boca. Bueno, sí, Anabel Alonso, que comenzó a saltar de alegría ante la atónita mirada de los jueces -no sabe con quién se la está jugando-. “Al menos somos los mejores en algo”, trató de explicar la actriz. Pero ni con esas.
El jurado repartió delantales negros a todos los concursantes -incluso a Bibiana, que no había podido acudir a la prueba por enfermedad-, excepto a Edu Soto y Silvia Abril. Fueron los único que consiguieron salvarse de la prueba de eliminación gracias a su empeño durante la prueba. “Me cuesta encontrar al peor, corríais como pollo sin cabeza y estabais todos apiñados en una mesa a ver quién era el más guarro”, les aleccionaba el jurado. No podían haber empezado de una forma peor.
Por suerte, todos aprendieron la lección y aseguraron que estaban dispuestos a mejorar de cara al futuro. MasterChef es un concurso complicado, exigente y donde no hay lugar para las tonterías -al menos, durante los primeros días-. ¿Conseguirán ponerse las pilas y sorprender a los chefs? Más les vale...