Hace tiempo que el río suena. Entre los entendidos del mundo del toreo corría el rumor de la especial devoción de Victoria Federica, hija de la infanta Elena, por un joven torero, aunque, de entrada, no revelaban el nombre. Tampoco hizo falta. Los gestos lo dejaban todo claro. Entre la sobrina del rey y el diestro Gonzalo Caballero hay, como mínimo, una amistad especial. La joven recorre ciudades siguiendo sus faenas y el torero le brinda flores delante de su propia madre...
Entrar en el terreno del romance puede que sea adelantarnos demasiado. Lo que es evidente es que entre Victoria Federica, hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, y el torero Gonzalo Caballero hay una relación muy próxima. Hace ya tiempo que la sobrina del rey, gran aficionada a los toros -como su madre y su abuelo-, sigue de cerca las andanzas del joven diestro. Todo con la corrección y la inocencia propia de su edad y, claro, posición.
Los gestos de complicidad entre ambos se han evidenciado tanto dentro como fuera de la plaza. Caballero, de hecho, llega a calificarla de su 'talismán' en una imagen que comparte en su cuenta de instagram. En ella, Victoria Federica y el torero se miran de una forma que traspasa la amistad. ¿Habrá algún tipo de anuncio oficial dentro de poco? Por lo pronto, la sobrina del rey está ya más que integrada con la familia Caballero.
Victoria Federica viajó a finales del mes pasado hasta Cáceres para asistir a una corrida del torero. Allí, acompañada de una amiga, recibió una rosa del ramo que Caballero se ganó por su buena faena. Un detalle que emocionó a la joven y también a la madre del torero, sentada justo a su lado y con quién estuvo debatiendo durante toda la tarde. Luego, Victoria se trasladó hasta la cafetería del hotel donde se hospedaba el torero, como indica Diez Minutos, y se despidió de él con un abrazo.
Caballero es, además, amigo del hijo mayor de la infanta Elena. Froilán, también muy aficionado al mundo del toreo, podría haber sido el nexo de unión que propició el acercamiento entre Victoria y el diestro. A esas edad, ¿cómo no van a estar llenos de ilusión?