Esta noche Susanna Griso plantaba la maleta en casa de Marta Sánchez, en mitad del revuelo levantado por las condiciones que había puesto la vocalista para que se realizara la entrevista, y que han sido publicadas por Vanitatis.
Al parecer, la ambición rubia española no quería dejar pasar ni una cámara por el umbral de la puerta de su casa, si no contaba con maquilladores y peluqueros propios para asegurarse estar divina y fantástica en cada plano. A ver, si esto es cierto, ¿cómo se les ocurre vestirla de mesa camilla? El hippie chic es tan 90's...
Además de esto, parece ser que hizo especial hincapié en que los temas referentes a su currículum amoroso se trataran "con especial tacto". Todas las medidas de seguridad, respecto a esto en concreto, son pocas para la exvocalista de Olé Olé, que está escarmentada y sigue dolida por su último fracaso amoroso con el decorador Dani Terán. Y es que hay heridas que aún siguen abiertas, a pesar de que ya haya pasado un año desde que rompieron.
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El tiempo que han compartido la periodista y la intérprete de 'Soy yo' ha dado para todo esto que os resumimos a continuación.
Susanna llega a las 10h a casa de Marta. En el interior predomina el blanco. Tiene un toque muy acogedor, con muchas fotografías y pinturas, donde se respira el espíritu artístico de la compositora pop. Vive con su hija Paula, por lo que se aventura allamarlo "hogar". Paula es fruto de su relación con Jesús Cabanas. "Estoy muy orgullosa de ella", dice. "A mi madre no le gusta Miami, es muy de su A Coruña y dice que, aquí, solo hay cocoteros", contaba la estrella.
-¿Cómo es Marta Sánchez?
-A ver, ¿qué queréis saber que suscita tanta polémica? Soy como soy y no finjo nada, y creo que eso es lo que la gente valora.
-¿Cuál es tu rutina diaria?
-Me levanto a las 7:15 con mi hija, pero hay veces que me hago la remolona y me quedo en la cama, si he estado trabajando hasta tarde. Tengo la suerte de contar aquí con una ayuda. Luego voy al gimnasio, donde hay mucho músculo para recrearme la vista, y después me dedico a algún quehacer de la casa.
Ese momento "maruja" (impagable) de Marta en el paseo en lancha, avistando los casoplones a la orilla del mar y decir: "¡cuánto aspirador hay que pasar ahí!". De momento, el pelo se le pone en la cara. Ni rastro del trabajo del peluquero...
-¿Hay una Marta española y una Marta norteamericana?
-Aquí no tengo enchufes y tengo que hacer cola para comprar. Enchufes tengo los de mi casa...
Vemos que a Marta Sánchez no le gusta hacer la faena de casa... Es humana.
-¿Estás orgullosa con tu cuerpo o has tenido que luchar para conseguir mantenerlo?
-Toda mi santa vida he estado luchando con los kilos para ponerme los vestidos que me gustan.
-Pero siempre has exhibido una imagen de sex-symbol, segura de ti misma...
-Nunca me han gustado las curvas. Siempre me han gustado más los cuerpos planitos. Siempre he tenido complejo de tetona. Nunca he ido erguida. Se metían conmigo los chicos de la pandilla por mi pecho. Cuando salía en las revistas como la más deseada, decía: ¿estos españoles dónde tienen las gafas...?
-¿Cuál es la resaca de una sex-symbol?
-La resaca de eso es dura. Mucha gente se distrajo con eso y no se fijó en otras cosas. Luego viene una etapa que no fue muy buena, aunque ahora quizás me siento incluso más guapa que entonces. Es una etiqueta que no elegí. Era una chica que iba de tontita y naïve...
-¿Volverías a pasar por esa fase?
-Lo de sex-symbol no sé si lo dejaría como está, pero sí que hubiera aprendido a componer y a tocar algún instrumento.
-¿Te preocupa el cáncer?
-Me quitó a mi hermana gemela y a muchos amigos. Me dieron un susto con un quiste, pero era benigno. Yo creía que me tocaba también a mí. En la primera opinión, un experto me dijo que me tenían que abrir en canal y que me iba a quedar en una silla de ruedas. Esa noche no dormí. Luego, me dijeron que no era importante y que no lo tocara, porque estaba calcificado. Y ahí sigue, durmiendo dentro.
-¿Has sufrido por amor?
-No. No he sufrido prácticamente nada. Solo una. Esta última vez, sí.
-¿Con los hombres eres exigente?
-¡Ojalá! Así me va. Creo que me enamoro demasiado deprisa, sin conocer a la otra persona un poco más. Me lanzo al romanticismo muy rápido.
-¿Eres entregada?
-Mi mejor amiga dice que creo monstruos. Soy una mujer de impulsos. Aunque me salga mal una y otra vez. Hasta que llegue alguno que aprecie que le lleve el desayuno. Me encanta mimar.
-¿Te da miedo la soledad?
-Me da miedo la soledad al final de una vida. Me moriría, si me viera sola. Agarrarme a alguien así, con las arrugas, y llevarle el desayuno por la mañana.
-No has superado la muerte de tu hermana... Os conocían como 'Guerra y Paz'. Tú eras 'Guerra'...
-Ella era la estudiosa la paciente, la callada. No la vi quejarse ni una vez. Solo una vez, cuando vino de un autotrasplante de médula. Éramos mellizas, y fue un palo para mi no poder ser compatible. Siempre decía: ¿quién canta mejor que mi hermana? Era muy fan mía, pero me regañaba mucho cuando veía que me mostraba alguna vez desganada con los fans.
-¿Cómo era tu padre?
-Mi padre era un lord inglés. Muy autoritario. Le contesté dos veces mal y las dos lloró. Era un hombre muy sensible y creo que en eso he salido yo a él.