El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (86 años) y su ex mujer, Patricia Llosa (78) se han mostrado juntos y felices durante los tres días de festejos de la boda de su nieta, hija de su hizo Gonzalo Vargas Llosa. El viernes tuvo lugar en la finca Criadero Cuarto Creciente, en el distrito de Cieneguilla, la ceremonia de los votos previa a la boda de Josefina y Emiliano. El enlace religioso se celebra hoy sábado en la basílica de San Pedro de Lima.
Álvaro Vargas Llosa compartió en su cuenta de Twitter varias imágenes y vídeos de la ceremonia previa a la boda y el almuerzo campestre que se sirvió a continuación. "Muy orgulloso y honrado de haber oficiado la ceremonia de los votos a pedido de Josefina y Emiliano en la víspera de la boda oficial", escribió. En la imagen podemos ver el vestido de Josefina, blanco con bordados de flores, de clara inspiración peruana, pero con un 'cut out' que le daba un toque moderno. El novio, por su parte, lució un traje color camel y camisa blanca. Dado que allí es verano, Patricia Llosa lució falda y blusa en tonos coral, mientras que Mario optó por un traje en tono verde aceituna.
La noche anterior, la familia al completo se reunió en un cóctel en uno de los restaurantes más carismáticos de Lima, el Huaca Pucllana, ubicado junto a los restos arqueológicos del mismo nombre. El convite nupcial, tras la ceremonia religiosa, se celebrará una cena de gala en el Museo de Arte de Lima con la presencia de cerca de 300 invitados.
Una reconciliación aún lejana
Gonzalo Vargas Llosa, padre de la novia, es funcionario de Naciones Unidas, concretamente es representante del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados en Europa. Gonzalo es el único hijo de Mario Vargas Llosa que nunca aceptó la relación de este con Isabel Preysler, como si hicieron Álvaro y Morgana, si bien tras la ruptura todos se han posicionado al lado de su padre y tratan de que sus padres, pese a todo, se reconcilien. Lo cierto es que, aunque su relación es cordial, parece que una reconciliación de Mario y Patricia no está, por el momento, en el horizonte de ambos, ya que el escritor, en vez de alojarse en la que fue la casa familiar, ubicada en el distrito de Barranco, prefirió alojarse en un hotel durante su estancia en Lima.
El animado baile de Mario Vargas Llosa
Además del almuerzo campestre, la fiesta estuvo animada con grupos tradicionales peruanos que cantaron y bailaron marineras, piezas típicas del folclore peruano. También hemos podido ver lo en forma que está Mario Vargas Llosa, que se lanzó a la pista para bailar un huayno, otra típica danza de aquel país.