Han pasado cuatro meses desde que Mario Vargas Llosa (86 años) abandonara la casa de Isabel Preysler (72 años) para siempre poniendo punto y final a 8 años de relación. Una inesperada ruptura que provocó un cruce de reproches sin precedentes. Celos, malos modales, incompatibilidad de caracteres, problemas familiares... son solo algunos de los motivos que habrían provocado su separación.
Desde entonces, el escritor ha estado en el foco mediático. En un principio, Mario se mostraba incómodo ante la presencia de la prensa a las puertas de su casa en el centro de Madrid, y aunque dejó claro que nunca hablaría de su vida personal al lado de la reina de corazones, aprovechó varias entrevistas de trabajo para soltar algún que otro pildorazo contra la que fue una de las mujeres de su vida.
"He recuperado mi libertad", confesaba recientemente el escritor dejando entrever el carácter posesivo de Isabel Preysler. Un resentimiento que a juzgar por sus últimas declaraciones ya no tiene cabida en su vida.
Mario Vargas Llosa deja la puerta abierta a la reconciliación
Este miércoles, Vargas Llosa ha participado en el ciclo literario 'El fuego de la imaginación' que ha tenido lugar en el Instituto Cervantes. Muy sonriente, el Premio Nobel ha atendido a los periodistas y a diferencia de en otras ocasiones en las que guardaba silencio nada más escuchar el nombre de Isabel Preysler, esta vez no ha tenido reparos en responder a algunas de las preguntas. ¿Le gustaría recuperar la amistad con su ex? La sorprendente respuesta del peruano en el vídeo. ¡Dale al PLAY!
Mario Vargas Llosa sin ganas de enamorarse, se vuelca en su trabajo
Ni Isabel Preysler ni Patricia Llosa, el Premio Nobel no quiere oír hablar de amor, al menos por el momento. Desde que rompiera todo tipo de vínculo con la madre de Tamara Falcó el escritor se volcaba en la lectura y en sus hijos, quienes se han convertido no solo en su apoyo más incondicional sino también en sus mayores defensores, y es que no hay día en que tanto Álvaro, Gonzalo como Morgana no silencien a su padre para que no responda a las controvertidas preguntas de la prensa sobre su exnovia.