María Teresa Campos ha vuelto a hacer del directo su mejor baza. Si hace años este la convirtió en la reina de los magazines, ahora usa la ausencia de cortes y de edición para decir lo que le viene en gana y dejar claro lo que quiere: su propio programa. La madre de Terelu y Carmen aprovechó el especial con los cambios de sus hijas para lanzar un puñadito de pullas a Telecinco por si pillaba a Paolo Vasile con la tele encendida y dispuesto a dejarse sorprender por la transformación radical de las Borrego.
María Teresa, a su llegada al plató, era recibida entre aplausos y vítores. La emoción era incontenible. Ella, al borde las lágrimas, aseguró que ese cariño era su “capital”, “es el mejor que puedo tener”. Carlota Corredera, conductora del espacio, le dijo que esa noche iba a ser un “chute de autoestima” no solo para sus hijas, sino también para ella. Ese aplauso recordaba, a ella misma y a los directivos de la cadena, que sigue en plena forma y que nada le gustaría más que volver a tener su propio programa.
No sabemos si adrede o de manera completamente involuntaria, María Teresa, tras recibir este caluroso recibimiento, fue directa a la silla… de la presentadora. Deformación profesional, es normal. Carlota la redirigió a la de los invitados, donde minutos más tarde la acompañaría Terelu y Carmen. ¡Ups! Pero, ¿tenía doble sentido esta equivocacioncita de asiento? ¿era un mensaje a Vasile recordándole eso de ‘y su silla de presentadora pa’cuándo’?
Después, cuando entró Terelu, le pidió que se corriera, “sin que sirva de precedente te voy a quitar el sitio”, “¿pero qué sitio?”. BAM. María Teresa demuestra que es guerrera como nadie y que piensa luchar por su espacio. Y, para ello, lanzará las indirectas que haga falta ¡menuda es ella!