Ha preferido irse antes de encontrarse con Edmundo en un momento tan delicado. María Teresa Campos tenía muy claro que la conversación que tiene pendiente con el que fue su pareja no se va a producir en estas condiciones. La presentadora, sabiendo que Bigote iba a acudir a su casa para recoger, por fin, sus cosas, optaba por salir a comer con unas amigas y pasar el día fuera. El humorista llegaba al poco con una furgoneta para ir recogiendo las muchísimas pertenencias que había dejado en el que fue su hogar.
María Teresa Campos confiaba en Gustavo, su chófer y mano derecha, como encargado de controlar todo lo que ocurría hoy en su casa. Tras mucho tiempo pidiéndoselo en público, Edmundo Arrocet por fin llegaba a casa de la presentadora para llevarse sus enseres. El humorista acudía a la que fue su casa con una furgoneta hasta en dos ocasiones para recoger todo lo que había dejado en casa de la presentadora.
A su llegada María Teresa ha asegurado que tras este paso todo el tema con Bigote queda "zanjado" y ha confesado sentirse "encantada". "No quiero hablar más de esta persona, estoy contenta, estoy feliz de volver a salir que hacía mucho tiempo que no lo salía, con amigas y con amigos. Este tema se acabó, estoy feliz de llegar a mi casa", ha expresado la presentadora.
Mientras tanto, María Teresa optaba por poner distancia y marcharse poco antes para no encontrarse con su expareja. La conversación que tanto había pedido tiene claro que no va a ocurrir y menos en un momento tan tenso como la recogida de sus pertenencias. Campos abandonaba su hogar para comer con unas amigas y organizarse un día de tranquilidad. Gustavo, su hombre de confianza, era el encargado de controlar que la mudanza se produjese con normalidad.