María Patiño (51 años) ya ha regresado de Latinoamérica tras grabar el nuevo formato que Netflix encargó a La fábrica de la Tele tras el fin de 'Sálvame', un divertido espacio en el que estará junto a otros siete colaboradores y que ya ha compartido las primeras imágenes.
La presentadora, que ha confesado hace unas horas que solo la presencia de una de sus compañeras de programa le molestaba, ha confesado a Carlota Corredera en su pódcast 'Superlativas' cuál es su mayor miedo después del cierre definitivo presentado por Jorge Javier Vázquez. Un sentimiento negativo que por ahora no se ha quitado y que a veces entorpece y nubla sus ideas. "Me he llevado grandes decepciones porque siempre he dicho que lo que pudre al ser humano es el resentimiento y la necesidad de venganza. Cuando se me pasa por la cabeza me la limpio porque sé que es mi autodestrucción", ha comenzado diciendo. "No he querido hacer entrevistas porque no me gusta que me entrevisten", ha añadido.
María Patiño revela su mayor miedo
Abrumada con los elogios que le hacen tras el fin de 'Sálvame' y sin "nada que reprochar a Mediaset", donde sigue vinculada por 'Socialité', la periodista ha contado a Corredera que se siente vacía porque se ha dado cuenta que ha vivido y se ha expresado de una manera durante tantos años que ahora no sabe dónde va a poder hacerlo. "Ese es mi miedo, ha confesado. "No sé qué espero de la profesión. Ahora necesito reflexionar sobre lo que quiero y puedo dar con independencia de que además yo no he tenido más ofertas que mis fines de semana en 'Socialité'. Pero mi miedo va vinculado a que no quiero aburrirme, no puedo vivir sin trabajar, no puedo estar inactiva, además de que no tengo los suficientes ahorros. Mi miedo es trabajar por dinero. Trabajamos por ello, pero es que a mí me gustaba lo que hacía. Tengo pánico no sentirme ilusionarme, apagarme, no creer en mí misma tener un oficio solo por dinero. Necesito dejarme llevar", ha añadido.
Además, a raíz de la finalización definitiva del programa, María ha confesado que no se ha parado todavía a pensar nada de lo que le está ocurriendo en su vida, sobre todo en la faceta laboral, aunque también personal. "He vivido todo demasiado rápido, el duelo de mis padres ni lo pasé, situaciones complicadas que las he ido tapando y metiendo debajo de la mesa porque mi energía estaba en el trabajo. No he sido consciente de nada, y no quiero ofender a nadie, pero desde que terminé de estudiar hasta ahora solo he estado 15 días en el paro. Hay gente que es muy buena y no ha tenido la misma suerte que yo, que eso es un privilegio. Ahora necesito mirarme a mí mi misma porque me he dejado abandonada emocionalmente. N he tomado conciencia de nada y han pasado así 27 años. Te prometo que no sé ni lo que he vivido ni lo que ha pasado. Sin pensar ni reflexionar. Yo soy adicta al trabajo diagnosticada. Cuando tenía vacaciones necesitaba saber y tenía que hacer el esfuerzo de no enterarme de nada", ha confesado.
Su casa de Lanzarote, una ayuda económica
María, que tiene claro que necesita un futuro laboral para jubilarse tranquila, ha dicho que nunca ha sido empresario y no ha sabido muy bien si montar una tienda o un bar, motivo por el que ha hecho de la parte de abajo de su casa de Lanzarote un "alquiler vacacional". "La parte de arriba tiene una parte independiente y ese es mi apartamento, donde estoy yo y donde tengo mi ropa. Es un negocio que tiene dos habitaciones dobles y otro apartamento externo con su baño y minicocina. Se puede alquilar todo o por separado. Está al lado del mar y funciona desde hace un año. Me lo lleva una agencia y lo bueno de Fuerteventura hay turismo. ¿Que me va mal? Pues se cierra el chiringuito", ha contado Patiño, que ha añadido que la isla le hace sentir "salvaje". "Está al lado de la arena. Salgo en bikini con mi toalla y me tumbo. Salgo y entro cuando quiera. Si por la noche quiero salir me pongo algo y eso sí con el pelo siempre arreglado", ha revelado María.
Confesando que se siente una privilegiada del medio y revelando que no tiene mucho apego a sus orígenes porque nació en Galicia, se crió en Sevilla y se adaptó a Madrid "muy bien", María ha contado también que la primera vez que fue a Fuerteventura se dio cuenta solo con ver el puerto que era el sitio donde quería morir. "El día que te despediste del programa (refiriéndose a Carlota) yo estaba allí buscando casas y vi una que ponía que se vendía, era muy grande y le dije a Ricardo (su marido) que era tan enorme que no iba a poder pagarla. Entré a verla y al estar dentro, como me pasó en el Vaticano, me puse a llorar porque me pareció grandioso. Dije 'esta es mi casa', pero también al señor que no le podía pagar lo que pedía. A los 5 minutos de irme me llamó y me dijo que cuánto le ofrecía. Le dije una cantidad porque yo no quiero ir ahogada, que no tengo ya 20 años. Así que en ese momento le dije que al día siguiente firmábamos arras", ha revelado la periodista sobre cómo adquirió su soñada casa.