María del Monte, que hace solo una semana hacía historia en el escenario del Orgullo de Sevilla convirtiéndose en una pregonera de excepción hablando claramente sobre su orientación sexual y presentando a todos a su pareja, Inmaculada Casal, con la que lleva más de veinte años; ha vuelto a dar una lección de naturalidad y tolerancia. Palabra que, por cierto, ella aborrece “parece que nos tuvieran que aguantar”, dijo con sorna en su última entrevista en Hora 25 de la cadena SER. La cantante, que tiene nuevo trabajo en el mercado, 'Todo vuelve', desvela cómo fue contarle a sus padres que estaba enamorada de una mujer.
Cuenta María del Monte en esta entrevista radiofónica que en sus padres ha tenido el mejor ejemplo de lo que debe de ser el amor en una pareja. “Me enseñaron la historia de amor más bonita jamás contada y vivida. Estaban enamorados hasta el tuétano”, desvela. Precisamente, este amor profundo que se procesaban también lo tenían con sus hijos, de ahí que entendieran la relación de su hija con Inmaculada perfectamente. “Entendieron mi amor, desde su amor. Yo era su hija, lo que más querían en el mundo”. Y reitera, para que no quede ninguna clase de duda, “jamás he estado escondida de nadie”. Quizás, es por eso que no le gusta hablar de ‘armarios’, “ahí solo tengo ropa y por no tener, no tengo ni polillas”, dice de lo más tranquila.
Ella no desea convertirse en un estandarte de nada, tan solo cree que hizo lo que debía, lo que le salió en ese momento. “Yo voy a lo que me lleva la vida, por instinto (…) Me dejé llevar por las emociones y el corazón”, asegura María del Monte, que no piensa dejar que esta declaración de amor pública transforme cómo entiende su privacidad. “Voy a seguir teniendo una vida y a seguir siendo celosa de mi vida porque es lo único que tengo”, resolvió al periodista Aimar Bretos.