Bajo el brazo de su hijo Jacobo Ostos, dejándose cuidar y reconfortar por sus atenciones, la doctora María Ángeles Grajal ha hecho desde Bogotá su viaje más difícil y doloroso. Este miércoles a mediodía ha aterrizado en Madrid custodiando las cenizas de su marido Jaime Ostos. El extorero fallecía de un infarto a los 90 años durante un viaje que estaban disfrutando en Colombia, invitados por sus íntimos amigos Ivette Uhia y Gitanillo de América, quienes además, han estado muy pendientes de ella y haciendo todas las gestiones que requería la situación.
María Ángeles Grajal llegaba derrumbada al Aeropuerto de Barajas. Solo horas antes, rompía su silencio en una conversación telefónica con 'Sálvame'. "Siempre me decía: "No quiero que la muerte me coja en la cama". Y no le cogió", confesaba entre lágrimas. Su hijo Jacobo Ostos ha ido a recibirla y a llevarla a casa. Ambos se fundían en un largo abrazo sin poder contener las lágrimas. El joven la rodeaba con su brazo, pero no conseguía aplacar tanto dolor y cansancio acumulados de estos días tan angustiosos y estresantes desde que Jaime Ostos falleciera.
Si bien el dolor que siente ahora mismo la doctora es insondable, concentrarse en el homenaje para honrar la memoria de su marido la reconforta y la ayuda a sobrellevar el duelo, tanto como la compañía de Jacobo y Gabriela, hija del exdiestro y Consuelo Alcalá. La familia ha difundido una esquela donde aparecen los nombre de la viuda de Jaime Ostos y los cuatro hijos que tuvo: Jaime y Gisela, además de Jacobo y Gabriela. En la nota, se especifica que se celebrará una misa en su memoria el próximo 20 de enero en la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid. Se están ultimando detalles para la instalación de una capilla ardiente donde amigos, familiares y admiradores de Jaime Ostos puedan darle su último adiós, y se espera que reciba un homenaje en la Plaza de Toros de La Maestranza, en Sevilla, tal como publica La Razón.