La promesa' se ha convertido, con perdón de la ya extinta 'Acacias 38', en la serie diaria de época preferida de los espectadores de Televisión Española. Ambientada en 1913, cuya producción implica unos decorados de 3.000 metros cuadrados, una dirección de arte y vestuario espectaculares y la grabación en el Palacio el Rincón, propiedad de Tamara Falcó, la ficción cuenta con Marcos Orengo (27 años). El actor interpreta a uno de los protagonista, Feliciano, un "buenazo con un corazón gigante" muy querido por los fans. Tras 9 meses de intenso rodaje, Lecturas.com ha querido hablar con el intérprete, que tras un accidente rodando en los exteriores de la serie se rompió la mano. "Como todos los accidentes pues no estaba planificado. Fue un exceso de emoción. Nunca me arriesgo tanto. En esta secuencia, que era muy importante, quise hablar con los de guion porque yo estaba solo. Era una escena sin más actores, en medio del campo. Era muy potente y quise hacerlo con mucha energía. En los ensayos quise hacerlo muy bien para después no tener que retomarlo y hacerlo de una. El árbol me ganó la batalla", nos cuenta semanas después del doloroso momento.
Marcos, que también estuvo trabajando varios meses es 'Servir y Proteger', nos ha explicado que se rompió la mano en los propios ensayos, cuando todavía no se graba y solo se ve cómo serán los planos. "Fue con el primer puñetazo y eso que el tronco estaba protegido. No pensé que le iba a dar con tanta fuerza. La que se emite son golpes ya con la mano rota. Pero no lo sabíamos. Sentía un poco de dolor pero yo movía los dedos perfectamente. Se preocuparon mucho pero yo quise seguir porque estaba bien. La sorpresa vino después cuando me hicieron la radiografía", comenta.
Rota por varios sitios, Marcos tuvo que ser operado para poder recuperarse del todo, aunque jamás pensó en todas las consecuencias. Y es que la ficción tuvo que cambiar todos los planes de rodaje para incluir que su personaje estuviera escayolado. "Me sentí muy mal porque tuvieron que parar el rodaje por mi culpa. Caía sobre mí el peso de que la escena era yo solo. El error fue mío. Temí porque tuvieran que sacar al personaje y después no volviera. Se pudo salvar y todo el equipo estuvo siempre remando hacia delante", explica Orengo, que además añade algo que nadie sabía de aquel fatídico día. "Primero rodaba en exterior y luego tenía plató. Antes teníamos 3 horas y es cuando me hicieron la radiografía y vieron que estaba rota por varios sitios. Me dijeron que me tenían que escayolar y le dije que por favor se esperara a que terminara de grabar. 'En dos horas vuelvo', le dije. Ella no me dejaba pero pedí el alta voluntaria para después volver. Rodé y volví. No me dolía tanto y tampoco durante el proceso de la operación", revela.
La nueva vida de Marcos Orengo
Los fans de 'La promesa' son personas, al igual que los de 'Puente Viejo' o 'Acacias', muy fieles a la serie y a sus personajes. ¿Ha notado Marcos que su vida ha cambiado tras ser uno de los protagonistas de la ficción de TVE? "La verdad que los encuentros por redes han sido geniales. Son muy cariñosos. Comentan mucho las tramas. En persona toda la gente con la que me he cruzado ha sido genial y encantadora. No me piden fotos si saben que igual el sitio no es el mejor para hacerlas. Son muy amables y me escriben cosas muy bonitas. Con lo de la mano ha sido todo un vuelco de amor. Estoy muy contento", ha confesado el actor, al que han parado alguna vez "en Mercadona" para inmortalizar el momento.
Por ahora Marcos prefiere mantener un perfil más "bajo" y no tener que lidiar con las masas a las que se enfrentan actores como los de 'La casa de papel' o 'Élite', pero tiene claro que le encantaría tener más proyectos en 'prime time' porque el rodaje de una diaria es muy complicado. El ritmo de grabación es frenético. "Además nadie te enseña a gestionar esa fama. Yo estoy en terapia desde hace 6 años y esto fue uno de los temas que he tratado. Aunque no era un problema que me sucediera o que me suceda por ahora quería que mi terapeuta fuera consciente de que si había un cambio quería saber gestionarlo", nos dice el actor, que a veces trabaja en el hospital simulado de la Universidad Europea de Madrid, donde hace de paciente para los alumnos de Psicología, Medicina o asignaturas de la salud.
"Estoy feliz, pero una diaria es muy sacrificada. El ritmo es brutal. Al final se puede caer e una dinámica de fábrica de churros. Al ser tan rápido se puede caer en la tendencia de no darle la importancia que tiene. Por ahora no me ha dado tiempo en caer en eso. Lo mejor de este tipo de series es la gente y el ambiente. Trabajamos mucho en jornadas muy duras pero todo el mundo tiene una sonrisa. Hacen que la experiencia sea única. Lo peor son los madrugones. Levantarte a las 6:00 se hace cansado, pero es con gusto", confiesa. Feliciano, el personaje que interpreta Marcos, todavía tiene mucho que recorrer (al menos durante los dos próximos meses). ¡Esperemos que no tenga que tirarse por un tampolín o por un precipicio, que miedo nos da se arriesgue a hacerlo sin red!