Un escueto comunicado difundido a través de las redes sociales ha dado cuenta de la sorprendente e inesperada noticia: Mar Flores y Javier Merino se separan tras 18 años de matrimonio y cuatro hijos. La ruptura es de mutuo acuerdo y la pareja deja una posible puerta abierta a la reconciliación puesto que habla de "suspender de forma temporal su convivencia", expresión que nos recuerda al "cese temporal de la convivencia" usado cuando se anunció la separación de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Reconciliación que nunca se produjo, por cierto.
El comunicado es el siguiente: "Tras más de 18 años de relación Doña Mar Flores y D. Javier Merino han decidido de mutuo acuerdo suspender de forma temporal su convivencia. Padres de cuatro hijos piden a los medios que respeten su privacidad y no les sometan a un acoso y seguimiento mediático que puede ser perjudicial para los niños".
Aunque nada hacía presagiar esta ruptura, hay que recordar que hace pocas semanas vimos a un Javier Merino abatido y destrozado a la salida de los juzgados, coincidiendo con una de las muchas causas que el empresario tiene con la justicia, en especial, en lo que se refiere a sus deudas con Hacienda. En aquella ocasión resultó absuelto, ya que no se pudo comprobar que Merino quisiera defraudar al fisco. A raíz de aquellas imágenes, los rumores sobre una supuesta crisis del matrimonio se acentuaron, pero Mar Flores salió de inmediato a defender a su esposo, negando que tal crisis existiera. Ahora se ha visto que no era así.
Además de las causas que Merino tiene con Hacienda, Javier Merino fue condenado por hacer uso de información privilegiada en la venta de unas acciones y también está imputado en un caso de corrupción urbanística, pendiente todavía de juicio. Mar Flores, por su parte, lleva tiempo trabajando en sus propias empresas de complementos y quiere relanzar su carrera como modelo publicitaria.
Mar Flores ha estado estos días en París con dos de sus hijos, Mauro (12) y Beltrán (10) a quienes intentan que la separación les afecte lo menos posible. Mar y Javier tienen otros dos hijos, los gemelos Bruno y Darío, de cinco años y Mar es madre también de Carlo Constancia, de 22 años, fruto de su primer matrimonio.