Ha sido uno de los programas más emotivos y especiales de 'Mi casa es la tuya'. Bertín Osborne ha conseguido lo que muchos otros han intentado durante años pero que nadie había logrado hasta la fecha; unir en el mismo plató de televisión (casa en este caso) a Manuel Díaz 'El Cordobés' y a su hermano Julio Benítez.
Un auténtico bombazo televisivo que ha superado con creces todas nuestras expectativas ya que tanto Manuel como Julio se han mostrado muy sinceros, abiertos y tranquilos al hablar de su relación y de todos los años de lucha del primero para conseguir que Manuel Benítez (padre de ambos) lo reconociera como hijo legítimo.
¿Te lo perdiste? Tranquilo, que para eso estamos nosotros (que lo de dormir no nos va mucho). Aquí te resumimos las declaraciones más sorprendentes (y seguro que un tanto polémicas también) de la primera aparición televisiva conjunta de Manuel Díaz 'El Cordobés' y Julio Benítez.
El motivo por el que Manuel Díaz se hizo torero
"Me hice torero porque tenía que vengar a mi madre, buscar mis raíces, mi sangre. Me hice torero porque no me quedó más remedio. Era mi única arma para intentar darle justicia a lo que mi madre estaba sufriendo. Vocación sí la he tenido después, pero lo que más me gustaba con 13 años era jugar con los niños y no ponerme a entrenar. Yo me hice torero por venganza".
Su lucha por ser reconocido hijo legítimo de Manuel Benítez
"Un día por la mañana me levanté y le dije a mi mujer que quería hacer algo, que no podía seguir esperando y que tenía que solucionar esta etapa de mi vida, cerrar este círculo para, a partir de ahí, buscar otras cosas, que esto no fuera un lastre en mi vida. Entonces decidí que un juez fuese el que dijera que él era mi padre o no, la oportunidad de que dijese que yo no soy su hijo y yo tener la oportunidad de demostrar que sí lo soy. Empecé esa batalla y con el tiempo un juez me ha reconocido que soy hijo de Manuel Benítez".
¿Cómo se enteró de que el juez había fallado a su favor?
"Me llama Virginia y me dice que acaban de llegar los resultados, que la prueba de ADN dice que en un 99,9% es positiva. Cuando cuelgo el teléfono se me aflojaron las piernas, empecé a temblar. Yo estaba en el campo y no sabía si reírme o llorar porque era la primera vez en mi vida que yo sabía que todo era verdad. Me senté en una piedra y vino una vaca rumiando, se me arrimó y yo le pregunté: "¿Tú te has dado cuenta de que al final todo era verdad?" Ni mi madre lo sabía en ese momento".
El día que Manuel Benítez le dio la razón en televisión
"Al final de esta historia he conseguido que en televisión un día él dijera que yo era su hijo, hijo del quinto califa, que yo llevaba su sangre. Mi cruzada de la vida desde que era un niño pequeño que estaba en un portal esperando a mi padre, la imagen de un hombre que no conocía, y ver a mi madre llorando, ya había sido resuelta. Se me quitó un peso de encima, me liberé, nació como un Ave Fénix que salió de mi cuerpo. Llamé a mi madre, que estaba en un llanto, me fui a su casa y le di un abrazo, el más significativo de mi vida. No nos dijimos ni una sola palabra".
Su encuentro frustrado con su padre
"Mi padre me mandó un secretario para que hablara conmigo. Me dijo que el jefe había pensado que iban a hacer un tentadero para que fuera allí con mi familia y nos hiciéramos una foto para colgar en las redes. Yo le dije: "Así no. Tú le dices al monstruo que yo cuando él quiera me voy a donde él me diga solo, solo, a tomarme un café con él y me siento yo solo con él cinco minutos en un cuarto los dos. Yo creo que me merezco, después de tanto tiempo, tener cinco minutos con él. Sin gente, sin una cámara. Que luego quiere hacerse quinientas mil millones de fotos, me las hago. Que luego tenemos que irnos los dos abrazados por la plaza de las Tendillas de Córdoba, me voy. Pero yo quiero cinco minutos". A los tres días me fui a entrenar y me encontré una página en el Diario de Córdoba diciendo: "He invitado a Díaz a vernos en mi casa y lo ha rechazado". No, perdona. Imagínate cuando vi aquello. Automáticamente llamé a este señor que me llamó y le dije: "Borra automáticamente mi número de tu agenda y no me llames más en tu vida".
Virgina Troconis, lo mejor de su vida
"Ella es mi almohada, la que me hace tirar para adelante. De hecho, aún conservo post-its de hace 15 años pegados en el espejo de mi cuarto de baño que ella me dejaba cuando se iba a Venezuela que decían: ‘Sigue luchando’, ‘Eres un luchador’, ‘Eres el mejor’… y los tengo aún. Creo que muchas veces, si no hubiera sido por Virginia, hubiera colapsado".
Su primer encuentro con su hermano Julio Benítez
"Pasó un tiempo y un día mi hermano Chema me dijo que si me gustaría conocer a mi hermano Julio (Benítez). Le dije que no tenía ningún problema, que estaría encantado y que me parecía natural hacerlo. Al poco tiempo quedamos en la cafetería de un campo de golf mi hermano Chema (organizador del encuentro), Tello (hombre de confianza de Julio), Julio y yo. Nos tiramos tres horas de reloj hablando. Lo primero que le dije fue que nosotros nos parecíamos más, que teníamos más cosas en común que en contra. Es un ser humano excepcional que me recuerda a mí cuando tenía su edad porque tiene esa inocencia del que tira para adelante con todo y eso me encanta".
Aunque no ha sido Manuel Díaz el único que ha hablado alto y claro, Julio Benítez también ha podido contar su visión de este complicado tema familiar.
El encuentro de Julio con Manuel
"El primer encuentro con Manuel fue surrealista, algo muy extraño. Aunque no me costó nada acceder a verme con él. El día que conocí a Manuel me di cuenta de lo mucho que se parece a mi padre. Me sorprendieron sus manos y los andares. Cuando le vi venir por primera vez con esa forma de andar que es la misma que tiene mi padre, me quedé impresionado".
El secretismo en su casa sobre Manuel
"El tema de Manuel no se hablaba en casa, era un tema delicado. Seguro que mi padre y mi madre sí lo hacían, pero nosotros no lo sacábamos en la conversación".
El deseo conjunto de Manuel y Julio
Una extensa, pero maravillosa entrevista, de la que hemos sacado algo en claro. Tanto Manuel como Julio desean torear junto a su padre. "Teníamos la esperanza de que nuestro padre asistiera a la primera corrida de toros juntos. De hecho, él pidió unas entradas. Sería muy bonito el hecho de que pudiésemos algún día estar los tres juntos en una plaza de toros, ya que los tres nos dedicamos a lo mismo", ha declarado Manuel. Algo que Julio no ha dudado en matizar positivamente con un "seguro que al final pasará. Estoy convencido".
Solo el tiempo nos dará la respuesta.