La escritoria Lucía Etxebarría ya puede escribir la palabra 'FIN' en la historia de 'Campamento de verano', la experiencia televisiva en la que participó en 2013 y que, desde el día en el que decidió entrar, no ha hecho más que darle disgustos. La columnista, ha usado Facebook como vía para explicar que ha ganado la demanda que había interpuesto a Telecinco por el "linchamiento y el acoso" al que fue sometida desde que entró en el reality y por la que percibirá de la cadena 50.000 euros "por daños y prejuicios". La sentencia obliga también a difundir por todos sus canales de comunicación, el fallo a favor de Lucía.
Dejando a un lado los asuntos legales, lo que resulta más interesante de su comunicado es su testimonio de cómo vivió la semana de concurso que consiguió aguantar, dando detalles realmente morbosos de lo que pasaba fuera de las cámaras. La autora relata que se fue de 'Campamento de verano', "porque se me obligó a presenciar, contra mi voluntad, cómo se masturbaba un concursante, y no se me permitió salir de la cabaña". Se refiere a Pedre, de quien la dirección del programa decidió prescindir por "un comentario inaceptable" durante el pregón de las fiestas de Mombeltrán (Ávila) y que Lucía se encarga de revelar: "Se atrevió a decir " hemos venido aquí a follarnos a vuestras mujeres" y, según recuerda, también porque "acosó a otra chica (en directo)".
Según el relato de Etxebarría, "el terror a que relatara el incidente (que constituye , por supuesto, un delito penal) derivó en un acoso y linchamiento por parte de la cadena que quiso difundir la imagen de que yo estaba loca". Continúa asegurando que fue insultada, empujada, amenazada –"cuando salga de aquí voy a tu casa y te quemo viva"– , acosada con golpes y patadas desde el exterior de donde ella se encontraba encerrada, y con "gritos con un megafóno", tanto en directo como fuera de las cámaras.
También asegura que "no es cierto que estuviésemos constantemente supervisados". "La gente fumaba, hablaba de lo que le daba la gana, se amenazaba si quería, y, como quedó claro, mantenía relaciones sexuales sin mayor problema", continúa. "Había droga", dice Lucía, garantizando que este tema quedó expuesto en conversaciones en directo, "uno de los que allí estaban admitió que consumía Omifín que, sin receta médica, es ilegal, pero os aseguró que por allí había mucho más que Omifín".
Después de aquello, Lucía relata que vivió un infierno al entrar "en una depresión seria. Y no, no estoy loca. Soy superdotada, por lo tanto se me percibía como alguien muy diferente. Eso es todo". "Entrar en un reality fue el gran error de mi vida", asume, "no soy la única que ha pasado por todos esto al salir de un reality. Me he enterado de otra gente que ha salido mucho más destrozada que yo. Mucho más enfermos que yo. Cometí el error de mi vida, es cierto. Pero de los errores se aprende", concluye.