Poco más que el nombre queda ya en la Reina de España de aquella presentadora de informativos que en 2003 era presentada al mundo entero como la prometida del heredero al trono de España.
Letizia Ortiz Rocasolano ha cambiado casi más físicamente que de actitud, y eso ya es decir. En 14 años la asturiana ha ido dejando atrás la naturalidad en favor de un estatus tan regio como su cargo, que le ha hecho ganar tantos detractores como admiradores en su nuevo papel, en el que ha conseguido compaginar el trono con aires de lo más hollywoodienses.
Lo que en 2008 fue anunciado por la Casa Real como una operación de nariz a causa de motivos de salud quedó en un segundo, tercer o incluso cuarto plano cuando, con el paso de los años, fue derivando en una serie de incontables retoques estéticos que han terminado de transformar por completo el rostro de la madre de la Infanta Sofía y la Princesa Leonor.
En los últimos años parecía que Doña Letizia se había relajado en cuanto a su aspecto físico pero el fibroso cuerpo que ha lucido a lo largo del 2017 ha puesto en evidencia que la Reina de España está empeñada en conseguir un aspecto 10, más allá de las facciones de su rostro.
Siempre impecable, aunque no sea a gusto de todos, la mujer de Felipe VI se conoce al dedillo los trucos estéticos que practican las actrices y modelos antes de pisar cualquier alfombra roja. Pestañas postizas, extensiones, bronceadores y hechuras más o menos favorecedoras son algunos de los detalles que la Reina controla como si de una Blogger o influencer se tratase.