Los reyes vivieron anoche una auténtica noche en la ópera como la de los hermanos Marx, pero sin disparatados equívocos. Aquí también tendríamos que sustituir a Groucho y Harpo por Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, que tienen bastante menos gracia, pero a la hora de otorgar glamour a un evento no hay quien los gane.
Letizia quedó eclipsada por otra reina, la de corazones. Era el primer evento en España al que Isabel y Mario acudían como pareja oficial, después de haber llevado su amor allende los mares. Su primera aparición pública tuvo lugar en el evento de Porcelanosa llevado a cabo este mismo mes en Nueva York, y unos días más tarde aquí los tenemos en Madrid, con una cita bastante más cultural y cambiando a Richard Gere (otro de los invitados a la fiesta de los azulejos) por Antonio Resines. Qué queréis que os digamos, preferimos el ‘change’.
Los monarcas inauguraron temporada operísitica en el Teatro Real y lo hicieron con la mejor de sus sonrisas. Después de haber viajado a Estados Unidos, no hay nada como una cita cultural para librarse de los efectos del jet-lag. La reina lució un precioso vestido de silueta lápiz de Hugo Boss, una de sus firmas de cabecera. El modelo, de lo más sencillo, tenía tirantes y un cuello asimétrico.
La temporada musical del Real quedó inaugurada con ‘Roberto Devereux’, de Gaetano Donizetti, dirigida por Bruno Campanella y con un reparto encabezado por Mariella Devia y Gregory Kunde.
Además de Isabel, otra Preysler también estuvo presente en el evento. Tamara Falcó llegaba a toda prisa al teatro donde la esperaba su madre, Isabel, y su padre, Carlos Falcó. Se produjo así el curioso encuentro entre ambos progenitores, que no suelen coincidir en esta clase de actos. Así, y si todavía no conocía a Vargas Llosa, Carlos pudo saludar al nuevo amor de su exmujer. ¡Toda una noche en familia!
Además, a su llegada al Teatro Real vimos a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, Carlos Fitz-James Stuart con su hijo, Luis María Ansón, Ágatha Ruiz de la Prada o Eugenia Silva.